Señor director:
De todos es sabido, que al tratar de hacer referencia a algo o sobre algo, debemos ofrecer su conceptuación científica, de tal manera que podamos de esta forma obtener una idea general de lo tratado.

Básicamente deseo referirme en esta entrega a los tests de inteligencia, ante lo que primero que tenemos que saber es lo que significa el concepto de “inteligencia”, que de manera fácil diremos que es la facultad de comprender, conocer. Sin embargo, con una definición de esta naturaleza no logramos satisfacer nuestras inquietudes.

Hemos de señalar que en materia psicológica el concepto implica tomar en cuenta las opiniones de algunos psicólogos, no salvándose la dificultad de obtener una definición que resulte enteramente satisfactoria, ya que la expresión del concepto de inteligencia implica de inmediato dos significados: por, un lado la agudeza, rapidez o listeza; psicológicamente y su implicación pedagógica que nos lleva hacia la brillantez.

El punto de vista educativo, nos enmarca la capacidad de emplear el poder mental de aprender, más bien el funcionamiento del intelecto, por lo que la inteligencia se defina en función de las actividades intelectuales esenciales, de manera particular la comprensión, el juicio y el raciocinio.

En razón de que la inteligencia significa ejercicio de la facultad cognoscitiva, medir la inteligencia de un individuo supone una determinación cuántica del grado que es capaz de retener, comprender, juzgar y razonar acerca de las realidades que se encuentran dentro de su medio ambiente en forma directa o indirecta.

Para lograr definir la inteligencia, se han podido obtener muchos criterios, dentro de los cuales se perciben divergencias, dentro de las que he de citar algunas:

“Capacidad para elaborar pensamientos abstractos” (Terman).

“Capacidad de reaccionar debidamente desde el punto de vista de verdad o el hecho” (Thorndike).

“Intelecto más conocimiento” (Hermon).

“Facultad de adquisición” (Woodrow).

“Rapidez para aprender, velocidad de aprehensión” (Freeman).

Los pensamientos de la Edad Media, sostenían la inteligencia como: “La operación consistentes en pensar en términos abstractos o universales”.

Spencer nos dice: “Es la aptitud personal para enfrentarse con nuevas situaciones haciendo uso adecuado del pensamiento como medio”.

La utilización de este criterio, nos permite aplicar el concepto a todos los niveles de la evolución.

La diversificación de criterios sobre lo que es la inteligencia se debe a que ésta no es un hecho material, sino un concepto abstracto, y a una definición no debe pedirse más que un suficiente grado de claridad y de donde radica la razón por la cual la inteligencia, pueda identificarse con aprendizaje, con la adaptación, con el razonamiento, o con otras formas de conductas a las que llamamos inteligentes.

Atentamente,
Atahualpa Soñé