Cartas
La razón de Lidio Cadet

Cartas <BR><STRONG>La razón de Lidio Cadet</STRONG>

Señor director:
A propósito de la situación de enojo que recientemente se produjo en el ánimo y la conciencia del compañero Lidio Cadet que le llevó al extremo de presentar renuncia como miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, me atrevo, lleno de buena fe, a hacer esta reflexión pública en relación al caso de referencia.

Quiero reiterar antes del planteamiento de rigor el cariño inmenso, respeto, consideración y admiración que siempre he profesado por el compañero Cadet. Respeto nacido de las vivencias, prédicas y conducta coherente con los principios del PLD que durante tantos años han normado al ex-Secretario General y de Organización de nuestro partido.

Confieso que me quedaba atónito con su humildad, comprensión, tolerancia y persuasión cuando se presentaban situaciones contradictorias que afectaban a alguien, o conllevaban a contradicciones en algún caso de carácter político al interior de nuestra organización. El compañero Lidio, un mago del sermón, siempre ha tenido una explicación para cada situación a veces política, humana, de gestión, divina, proverbial, jocosa y hasta propia del destino.

Mi compañero Lidio a quien casi siempre apoyo y mucho estimo, hasta el punto que juzgo debe dársele la oportunidad de revalorar su posición; o su organismo buscarle una salida política, se hizo famoso además por su entrega, disciplina, perseverancia y sencillez pero sobre todo por sus dotes para aconsejar y convencer algo propio quizás de su condición de ex sacerdote.

Ahora bien, lo que lo hizo famoso de verdad como a nadie en el Partido fue su ingeniosidad y naturalidad para recurrir de la manera más simpática del mundo a citar adagios propios del refranero popular para situaciones muy complejas. Hoy muy a propósito de los inconvenientes que se suscitaron en el ínterin de su órgano político de apoyar al compañero Julio César Valentín para presidir la Cámara de Diputados, hoy a él lo evoco más que nunca con dos de sus refranes preferidos. Tenía razón el compañero Lidio cuando expresaba “Estos asuntos políticos no son pajas de coco, ni nada que se parezca” porque en la política y en la vida argumentaba “Una cosa es llamar al diablo y otra muy diferente es verlo llegar”. Ah la vida!.

Atentamente,

  Fausto Mota

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A los partidos

Señor director:

Resulta innegable el hecho de que los partidos dominicanos y de otras latitudes geográficas cercanas han perdido credibilidad ante el electorado de cada nación, que ha tomado como forma de gobierno el sistema democrático, porque lamentablemente la democracia en nuestros países no ha podido producir los cambios sociales que está llamada a generar una vez se estableciera en las naciones de marras y, no sólo los cambios sociales en beneficios de sus pobladores, sino deidades sociales que hasta ahora ningún sistema de gobierno ha podido aportar a los gobernados.

Entendemos que los principales obstáculos que confronta un sistema democrático de gobierno consiste en que los que hacen vida partidaria con capacidad real de convocatoria no han entendido que la institucionalización del Estado es imprescindible para que se pueda desarrollar una verdadera democracia como lo demanda esta forma de gobierno.

Sabemos que son muchos los intereses partidarios, económicos, políticos y hasta de gobernabilidad, si se quiere argüir, pero todo está en que el gobernante de turno se decida a cometer esa heroica decisión de baldear el río, sin cambiar de corcel, pero con temple de titán.

Esta gesta heroica le hará sobresalir históricamente, sobre todos los gobernantes que han dirigido los destinos de la república desde la fundación del estado político organizado de que se trate.

Atentamente,

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