Señor director:
Las dos derrotas electorales del 2004 y 2006 sufridas por el Partido Revolucionario Dominicano ha dejado muy mal parada a esa organización política, al extremo que algunos analistas la califican como descalabro. Esa situación nos llevó a preguntarle a un viejo dirigente medio del PRD del municipio Santo Domingo Oeste, si sobrevivirá el PRD al momento que vive hoy después de las elecciones del 16 de mayo pasado.

El dirigente perredeísta asintió con la cabeza asegurando que el Partido Revolucionario Dominicano sabrá salir del mal momento y recobrar la fuerza y el arraigo que siempre ha tenido en el seno del pueblo dominicano.

Nos recordó que el PRD ha sido una organización política que ha venido de crisis en crisis y ha sabido salir de ellas. Mencionó la crisis que sufrió el PRD tras el derrocamiento del profesor Juan Bosch en septiembre de 1963. Refirió cómo quedó el PRD después de las elecciones que “ganó” el doctor Joaquín Balaguer el primero de junio de 1966, lo que costó que el partido blanco durara 12 años combatiendo la semi-dictadura Balaguerista 1966-1978.

Igualmente, nos recordó la crisis que vivió el PRD en 1990, cuando esa organización política quedó en tercer lugar en las elecciones de ese año, y el licenciado Jacobo Majluta formó el Partido Revolucionario Independiente (PRI), y el doctor José Francisco Peña Gómez el Bloque Institucional Social Demócrata (Bis), a lo interno del PRD, quien obtuvo en esas selecciones sólo 450.000 votos.

Ciertamente, el Partido Revolucionario Dominicano, ha sabido en cada momento resurgir de su propia ceniza, como el ave fénix y recomponer sus fuerzas. Sin embargo, los tiempos han cambiando mucho como también ha cambiado la manera de hacer política en República Dominicana.

Ante el liderato del presidente Leonel Fernández, el futuro inmediato del PRD dependerá más del desempeño del Partido de la Liberación Dominicana en el gobierno, que de lo que hagan los líderes del PRD por la rehabilitación del partido blanco.

Si el doctor Fernández y sus funcionarios no aprovechan la mayoría aplastante que tendrán a partir del 16 de agosto en el Congreso Nacional para procurar mejorar las condiciones de vida de las mayorías nacionales, que se olviden porque el 16 de mayo del 2008, tan temprano como esa fecha, el país entero le quitará el apoyo brindado.

¿No tuvo el PRD el dominio de todos los poderes del Estado?

¿Qué pasó? La cúpula perredeísta se emborrachó y se olvidó del pueblo, olvidando también que el poder es como una sombra, que pasa.

Pero también, hay un dato muy simple, la gran mayoría del pueblo dominicano cree que un gobierno puede resolver los grandes males que padecemos en cuatro años, y el presidente Fernández entra en el período más difícil de su cuatrienio, sus últimos dos años. En estos últimos dos años tendrá que hilar muy fino para poder mantener a la gente contenta, y lograr mantener el porcentaje de popularidad ahora. Si lo logra habrá cruzado el charco, y el PRD que se despida porque habrá Leonel y PLD por mucho rato. Ahora bien, eso está por verse y habrá que esperar los 24 meses venideros.

Empero, ante la crisis del PRD, algunos encarnizados adversarios del partido blanco han expresado su temor al descalabro total de esa organización, ya que a su juicio sería catastrófico para el sistema democrático dominicano.

Así se expresó por televisión hace unos días uno de los hijos de un funcionario anti-perredeísta. Sostiene que el PRD tiene que zafarse “esas lacras” que es el PPH para que se mantenga como partido del sistema, porque quieren un PRD que sirva al sistema desde la oposición, pero fuera de los estamentos del poder ¡qué bueno!.

De todas formas, la cúpula que llevó al PRD a la derrota vergonzante del pasado 16 de mayo, debería callar y dejar que sean otros los que se aboquen a ver si aún existe la posibilidad de que la organización pueda rehabilitarse; si puede realizar un papel más decoroso dentro de dos años.

En cuanto al expresidente Hipólito Mejía, sólo le queda el camino de callarse, para ver si dentro de un tiempo el pueblo le reconoce a su gestión gubernamental la labor de infraestructura que hizo en todo el país.

Atentamente,