Cartas
Venezuela y Duarte

Cartas <BR><STRONG>Venezuela y Duarte</STRONG>

Señor director:
Me permito dirigirme cortésmente a usted como venezolana con tradición familiar de haber participado activamente en los acontecimientos patrióticos de mi país que se remite a los inicios de la independencia nacional y en la honrosa condición de ser descendiente directa de Vicente Celestino Duarte, prócer hermano del Padre de la Patria y Fundador de la República Dominicana, general Juan Pablo Duarte y Diez.

En la edición digital del diario bajo su competente dirección del 11 del corriente mes acabo de leer reportaje de la periodista Indira Concepción referente a declaraciones del embajador de Venezuela en su país, señor Francisco Belisario Landis, en ocasión de los actos conmemorativos del 195 aniversario de la independencia venezolana, celebrados en la Plaza Simón Bolívar de Santo Domingo. El embajador venezolano denunció públicamente que el gobierno dominicano no ha cumplido con dar el mantenimiento correspondiente a la referida plaza.

Sirva la oportunidad para reclamar que a los venezolanos amantes de la República Dominicana nos duele que en contra partida mi país esté en muy grave deuda en cuanto a la atención debida a plazas, monumentos y calles en honor a la República Dominicana. Es así que la plaza en que un presidente dominicano en ocasión de visitar a Venezuela, entregó en solemne y emotivo acto público al gobierno venezolano un busto del Padre de la Patria y Fundador de la República Dominicana, se encuentra abandonada, llena de basura y convertida en refugio de menesterosos y borrachos, como podrá comprobar por la foto que anexo. Pero aún más, en la céntrica avenida de Caracas donde estuvo ubicada la casa en que murió el general Juan Pablo Duarte, galardonada con su nombre por decisión del Cabildo siendo Alcalde el profesor Aristóbulo Istúriz, fueron retiradas las placas con el nuevo nombre y restituidas las que llevan el antiguo de Avenida Este 8. El hecho honroso para Venezuela de haber dado asilo político al prócer de América que impidió que Francia se legitimara como potencia del Caribe y fundador de una República y la pertinencia de que en el solar donde estuvo la casa en que éste vivió y murió se construya un edificio, no han sido atendida por las autoridades correspondientes. En la Avenida República Dominicana de la Urbanización Boleíta se han puesto placas con otro nombre, quedando solo una con el nombre de República Dominicana en la esquina con la Avenida Francisco de Miranda.

En contraste en República Dominicana una muy importante y tradicional avenida se conserva con el nombre de Bolívar. Una lápida honra el templo donde estuvo Simón Bolívar “El Viejo”,  antecesor del Libertador de Venezuela. El gobierno dominicano destinó un costoso terreno ubicado en una excelente zona de la capital para la Plaza Simón Bolívar, aparte de que a otra importante plaza se le dio el nombre de prominente venezolano Rafael María Baralt. Así mismo una elegante y amplia mansión, cuyo frente da a una importante avenida y cuya parte trasera da a una calle paralela, fue donada a Venezuela y es utilizada para su embajada y su consulado.

No quisiera haber tenido que decir lo anterior, pero el descuido de los elementos que simbolizan la hermandad de dos países hermanos ligados por fuertes lazos desde su origen me obliga a desahogarme y a pedirle que en obsequio a la verdad, de publicidad a esta carta.

Agradeciéndole su atención, le saluda con la mayor consideración.

 M. Emilia Ayala Landa
 Caracas, Venezuela.

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