Cartas 
Abuso

Cartas <BR>Abuso

Señor director:
He leído con suma complacencia su editorial de hoy que usted titulara «Abuso». Como usted acertadamente expresa, el de la electricidad es un negocio del abuso. Yo le agrego, un lucrativo negocio del chantaje, la extorsión y el engaño al consumidor que paga ese deficiente servicio. Abuso amparado en un estado de cosas en un país sin Estado y con un gobierno carente de sensibilidad, que parece concebir lo social como una realidad abstracta separada del interés, de los derechos, y de las angustias de los individuos; que son los componentes básicos y esenciales de toda auténtica democracia, y no los destinatarios de la mendaz propaganda de un gobierno con excesiva propensión a la lenidad, cuya máxima prioridad es la presión tributaria.

Aquí no existe un mercado energético, sino un monopolio controlado en forma absoluta y total por una empresa privada que impone a su exclusiva voluntad y conveniencia, tarifas, procedimientos operativos y hasta sanciones a los usuarios abonados, al margen de toda regulación oficial.

Ninguno de los partidos políticos que han gobernado han sido capaces de valorar en sus reales y justas dimensiones la enorme importancia de nuestro crónico problema energético, sólo equiparable en su trascendencia al ya insoluble conflicto migratorio haitiano. El de la energía eléctrica no es un problema de kilovatios más-kilovatios menos; es el enorme y distorsionador efecto sobre una economía de mercado inserta en un proceso de globalización, ejerce un monopolio de una empresa privada que actúa fuera de una efectiva regulación pública, en un servicio críticamente básico como es sin duda el de la energía eléctrica. El monopolio eléctrico no regulado vigilantemente tiene el poder de determinar por repercusión el sistema de precios de la economía. No es pues de extrañar que tales empresas se conviertan en un segundo Estado en la sombra. No debe asombrarnos que la onerosa negociación de Madrid se constituya en modelo para las que en el futuro vendrán.

Es en la perspectiva de la globalización con su sistema de acuerdos de libre comercio como hay que valorar la crucial importancia de la definitiva solución al enorme cuello de botella del problema eléctrico.

Con el mayor y cálido sentimiento de afecto lo saluda,

Atentamente,

Manuel E. Gómez Pieterz

 

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De haitianos

Señor director:

Van estas líneas para saludarle y felicitar al señor Francisco Alvarez Castellanos por su trabajo, publicado por el periódico HOY el día jueves 26 del presente, titulado ¡Dondequiera hay haitianos!, el cual me inspiró a escribir, después de releer mis apuntes, lo siguiente:

Hay en el mundo dos naciones con idénticos destinos: Israel y la República Dominicana. Nuestros destinos, como naciones libres, dependen ante todo de que cada ciudadano sea un soldado decidido a inmolarse por la soberanía de su patria. Digamos con Menahem Begin: «Debemos aprender del pasado. Cuando un hombre os dice que desea vuestra destrucción, hay que creerle». Cuando alguien dice que esta isla es una e indivisible, hay que creer que por eso vive y lucha y está dispuesto a morir.

Algo parecido le dijo José Martí a su madre cuando tenía dieciséis años: «Madre, el amor a la patria es odio». Y ella le contestó: «¡Oh! ¿Y cómo es eso, mi hijo? «Entonces él le dijo: «Oh sí, madre. Odio a todo lo que conspire contra ella».

Pero olvidemos el odio y la decisión de inmolarnos por la soberanía de la patria, y apelemos a la sensibilidad humana y social de los gobernantes de Francia y Venezuela, y quizás de Holanda e Inglaterra, para que contribuyan a crear en las Guyanas un paraíso dónde alojar a los vecinos que ya no quepan en su país, contando también con la ayuda de países amigos, como Canadá y los Estados Unidos de Norteamérica.

Fui coronel Piloto de la Fuerza Aérea Dominicana y soy biznieto del general José Durán de Jarabacoa, quien luchó junto al general Santana en la batalla del 19 de Marzo en Azua, y que defendió el paso del Maniel junto al coronel Duvergé. Confiado en que mis palabras no se unan a las que el viento se llevó, adjunto a éstas mi número de teléfono por si hay alguien que crea poder contribuir a llevar estas ideas a feliz término. (809-535-8264)

Atentamente,

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