Cartas
Advierte sobre errores

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Los resultados de la última encuesta de la Gallup pusieron de manifiesto las debilidades estructurales con que adolece el Comando Nacional de Campaña del Partido Revolucionario Dominicano, así como la ausencia de una política comunicacional en la que se incluyan aspectos relevantes como la publicidad política, la propaganda partidaria, relaciones públicas y prensa.

Las encuestas son instrumentos de trabajo social que busca hacer una radiografía en el comportamiento de la opinión pública en un momento determinado sobre un producto o preferencia electoral, que se mueve en un mercado confuso y difuso.

Este instrumento tiene múltiples interpretaciones y variados usos, pero el más utilizado por los candidatos presidenciales es el estadístico, aquel que reflejan las posiciones de los partidos políticos, con el propósito de usar sus resultados como arma propagandística.

Hay dirigentes políticos que temen mucho a las encuestas y cometen errores infantiles al intentar descalificarlas y pretender presentar resultados de supuestas encuestas de empresas desconocidas con el marcado interés de crear confusión en la opinión pública, como un medio de ganar tiempo y de reorientar sus estrategias en aquellos segmentos del mercado electoral en donde ellos se sienten débiles.

Existen dos aspectos importantes para el análisis de una encuesta, el primero es la transferencia de votos, es donde empieza aparecer una tendencia, positiva o negativa, que experimenta un producto en determinado momento, y que lo provoca la percepción que se tenga de él, y el segundo lo constituye las distintas variables que aparecen en el trabajo de campo y es donde se expresa la opinión generalizada que se tiene sobre el beneficio del paquete de utilidades ofertado por el producto.

Muy bien pudo el PRD o el comando de campaña de Miguel Vargas Maldonado manejar la tendencia marcada hacia el descenso que presenta la candidatura del presidente Leonel Fernández, y no embarcarse a la maniobra absurda de descalificar sus resultados, como lo hizo el jefe de campaña Neney Cabrera en un programa de televisión.

El presidente Fernández, quien inauguró un pragmatismo político que dejó pasmado al pueblo dominicano, exhibió una destreza política que la puso en práctica en el dilatado y complejo ajedrez político nacional, con las designaciones en puestos públicos de dirigentes reformistas y perredeístas.

Con los decretos y la adquisición de dirigentes de los litorales opositores, el Presidente de la República ganó la primera batalla de una guerra electoral que se vislumbra tortuosa y que deberá concluir el 16 de mayo del 2008, porque neutralizó los efectos devastadores de la encuesta de la Gallup, logrando con esto que la opinión pública centrara su atención en los cambios en algunas dependencias del Estado, y se relegara en un segundo plano los resultados de esa encuesta.

En política nueve meses es un tiempo relativamente corto, no deja margen para pensar mucho, pero sí reorganizarse, y entenderse que la comunicación es un elemento clave en toda campaña electoral, entendiéndose ésta como un ente abarcador de muchas áreas que deben trabajar mancomunadamente, y tener plena conciencia de las diferencias existentes entre la propaganda y la publicidad, y no pretender jugar con ellas, por ignorancia o desconocimiento.

Quien escribe es periodista y autor del libro Comunicación Política y Lucha por el Poder, que se publicará en los próximos días.

Atentamente,

Andrés Gómez Solís

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