Hoy 
A nombre del Patronato del Hospital General de la Plaza de la Salud y en el mío propio, agradezco muy sinceramente la amplia cobertura realizada por ese periódico, a la rueda de prensa referente al exitoso trasplante renal de donante cadavérico, la cual contó con la presencia del secretario de Estado de Salud Pública y Asistencia Social, doctor Bautista Rojas Gómez.
Con sentimientos de mi más alta consideración y estima, le saluda,
Atentamente,
Julio Amado Castaños G.
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Los perros del Mirador Sur
Es evidente el avance en el cuidado del Parque Mirador Sur, además de la seguridad por el despliegue de un gran número de policías; sin embargo persiste un problema: se trata del grave peligro que significa la presencia de perros de ataque, que además de crear un problema de higiene ponen en grave peligro la integridad de las personas que visitan este pulmón verde de la ciudad, y en mayor medida se arriesga la vulnerable población de niños y ancianos.
Es preocupante que estos animales feroces sean llevados por personas que apenas pueden controlarlos cuando se enfrentan a otros caninos. Son comunes las peleas entre perros en las que se involucran sus dueños y el resultado es un espectáculo desgarrador, sobre todo cuando uno de estos «amaestrados caninos se enfrentan a los viralatas del parque y a los pequeñitos llamados «salchichas».
El temor que crean estos rabiosos ejemplares, dotados de enormes mandíbulas y filosos dientes, obliga a los caminantes a abandonar sus rutas habituales cuando se encuentran de frente con una de estas fieras. Se ha reportado un gran número de personas atacadas, pero no se han tomado los correctivos de lugar.
El problema principal consiste en la falta de educación y la inconciencia de quienes se divierten creando temor con este peligrosísimo acto de exhibicionismo. Según un amigo psicólogo «en ciertos casos, esta conducta es propia de personas con baja autoestima y sentimiento de inferioridad que se apoyan en la exhibición de esos monstruosos animales para levantar su ego…».
La agravante es que los perros son llevados cuando concurre el mayor número de caminantes al parque, lo que aumenta la peligrosidad de esta censurable actividad; y en tal virtud recomendamos que si es imposible su prohibición, por lo menos deberían regular el horario y destinar una zona de tolerancia.
Con sentimientos de la más alta consideración y estima,
Atentamente,
Juan Bta. Frías Agramonte
