Cartas
Agropecuaria y fenómenos naturales

<STRONG>Cartas<BR></STRONG>Agropecuaria y fenómenos naturales

El paso por el país de los fenómenos naturales Noel y Olga han dejado pérdidas millonarias a la agropecuaria nacional, las cuales son incalculables debido a que las estadísticas del sector que se conocen son las inmediatas o físicas del momento, sin tomar en consideración las consecuencias futuras, como las pérdidas de los mercados internacionales, altos costos de los alimentos que producíamos en el país a la llegada de las tormentas, reposición de nuevos créditos para la siembra, tiempo perdido entre la rehabilitación y la producción, pérdida de estímulo entre productores, desajuste en el presupuesto de los consumidores, ambiente propicio para los especuladores, desabastecimiento de los mercados, etc.

Los dominicanos estamos acostumbrados a no recordar, a pocos días de pasar los desastres naturales nos olvidamos de los mismos aspirando en lo inmediato a una vida normal, no sabiendo que nos llevara años reponernos de los efectos dejados por éstos. Los plátanos, por ejemplo, fuera de los fenómenos Noel y Olga coincidieron sus efectos devastadores con la llegada de la temporada invernal, donde tradicionalmente baja la productividad de este importante rubro de la canasta familiar, por lo que estaremos desabastecidos por seis a siete meses, cuando los programas de rehabilitación llevados a cabo por las autoridades y productores empiecen a dar resultados, sin olvidarnos que los sustitutos tradicionales como yuca y batata, aparte de que han bajado sus áreas de siembra también sufrieron los efectos de las lluvias ocasionando la pudrición de parte de sus frutos.

Los vegetales chinos de exportación, que se siembran en su mayoría en Moca y La Vega, fueron afectados debido al exceso de humedad y otros arrasados incluyendo la tierra por los ríos Camú y Licey, ocasionando un fuerte golpe a la economía de la región ya que éstos eran especie de una zona franca agropecuaria por la cantidad de mano de obra que generan, aunque su recuperación es más rápido que los plátanos dejaremos de recibir los divisas que generan por unos setenta a noventa días mínimos.

Los productores de guineos de exportación de la línea noroeste que ocupan una área de 160,547 tareas, el 90% de la producción nacional, han tenido pérdidas en 78,000 tareas, lo que traería como consecuencia la pérdida de parte del mercado europeo ante nuestros competidores centroamericanos. Aunque se han reparado sus canales y el Banco Agrícola ha actuado con rapidez, asistiendo a los productores con préstamos aprobados de más de 200 millones y desembolsados algo más de cien de 400 prometidos, ello no significa que de la noche a la mañana podamos estabilizar la producción de guineos de exportación por lo menos dentro de cinco o seis meses, cuando empiece a dar fruto las inversiones hechas en este sector.

Estos ejemplos nos pueden dar una visión clara sobre los daños ocasionados al sector agropecuario, sin contar los miles de cabezas de ganado que fueron arrastrados por las aguas y otros rubros no menos importantes que sufrieron las consecuencias de estos fenómenos. Por suerte, al momento de los desastres el arroz estaba cosechado en su mayor parte y los pollos y los huevos no sufrieron grandes consecuencias.

Las autoridades deben dar prioridad a los cultivos de ciclo corto y las hortalizas, ya que tenemos condiciones demás para exitosas cosechas que nos permitan esperar los rubros tradicionales de consumo masivo.



Atentamente,

Manuel Amézquita Candelier



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