Cartas
Biblia y gestión

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Aunque la Biblia es vista por la mayoría como un libro de carácter religioso, no se hace justicia a su contenido si se limita con semejante etiqueta. Es cierto que en todo el trayecto recorrido por los que participan en su redacción, es tema central la revelación del Dios Creador.

La historia que se narra en ella, es historia teológica. Sin embargo, lo que mayormente encontramos en sus páginas son relatos de hombres y mujeres, envueltos en múltiples circunstancias de la vida, que no difieren mucho de una época a otra. Las páginas de la Biblia retratan luchas de poderes, enfrentamientos políticos y religiosos, guerras, crisis de familias, crisis de gobiernos, historias de amor, rivalidades étnicas, migraciones, relatos de héroes, reflexiones filosóficas y morales, etc., etc. Temas todos que nos resultan familiares. Su contenido   que cubre 1600 años de historia   constituye un excelente recurso para dar seguimiento al fluir de la historia universal. Su amplio contenido cultural y de exposición de principios de vida, le hace merecedor del lugar que ha ocupado en los cimientos de la educación. Con razón la Biblia fue el primer ensayo de la imprenta.

Mi propuesta en esta ocasión en que se celebra el Día Nacional de la Biblia en nuestra nación, la dirijo a aquellos que tienen a su cargo la tarea de dirigir el papel de dirigir es que nos acerquemos a este extraordinario libro, no como una exposición de cultura y de historia, o como un manual de religiosidad, sino para descubrir en el mismo pautas eficaces que nos ayudan a mejorar la calidad de nuestro negocio (llámese familia, empresa, escuela u otro), mejorando la administración del «activo» más importante de cualquier empresa: la gente. En este sentido, les invito a considerar algunas valiosas ideas plasmadas en el texto bíblico:

1. Aquellos que colaboran con nosotros no están llamados a ser fotocopia nuestra; cada uno es original, cada uno es diferente, y precisamente esa diferencia es parte de la riqueza que  debemos aprovechar para crecer y para hacer más productiva nuestra gestión como equipo.

2.- El trabajo no debe ser visto primordialmente como una actividad de carácter económico, sino que  debe ser realizado con sentido de vocación y servicio.

La Biblia enseña que el trabajo debe ser realizado no sólo con pasión, con amor, sino también con calidad, a tal punto que insta a que cada tarea sea realizada considerando que es Dios  mismo quien supervisa. La exigencia de calidad en las tareas es un aporte que hacemos al desarrollo de nuestros colaboradores, en vista de que el trabajo es parte de nuestra  formación continua como personas.

3.- «Todo tiene su tiempo debajo del sol». Hay un tiempo para cada cosa.

Necesitamos promover el equilibrio de vida. Hay un tiempo para diversión, un tiempo para trabajar, un tiempo para leer, un tiempo para dormir, un tiempo para la familia.

Si queremos un ambiente saludable y colaboradores de largo plazo en nuestros equipos, debemos reconocer que hay limites; debemos respetar la «santidad» de cada tiempo.

4.- Hay sabiduría en escuchar las opiniones de otros.

La Biblia insiste con énfasis: «no seas sabio en tu propia opinión»; «ninguno piense de sí más que lo que debe ser»; «en la multitud de consejeros hay sabiduría, etc., etc.

El mensaje es claro : aún en aquellos temas en los que consideramos tener absoluto dominio, debemos prestar atención a la opinión de otros, evaluarla con respeto y sin prejuicio alguno.

Vale la pena leer la Biblia.

Atentamente,

Daniel Ramírez

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