La Alianza Por la Democracia ha concluido con éxito su segundo Congreso bajo el lema “por una política diferente”. Un congreso es siempre el espacio idóneo para renovar ideas e impulsar nuevas formas, nuevas líneas de acción que se distancien de las políticas tradicionales sin una clara perspectiva de trasformación social y que aumenten la credibilidad de la organización, para levantar la bandera de una práctica política coherente, basada en la ética, en principios y valores democráticos, es un espacio para reafirmar y renovar compromisos, asumir responsabilidades, que nos permitan colocar el partido y a sus dirigentes en una organización acorde con las exigencias de los nuevos tiempos que nos impulsen a estar en el pedestal de la historia.

Por estas razones, es que este Congreso ha sido una oportunidad más para reafirmar el compromiso con el afianzamiento a una democracia participativa, a una cultura de ética, a una gestión en valores. Ha sido una oportunidad más para afianzar el principio de que lo general está siempre por encima de lo particular, ha sido un espacio para debatir ideas y reafirmar y renovar líneas políticas que profundicen el espíritu democrático de una organización política que aspira a ser un referente ético político en República Dominicana.

En el Congreso de la APD la primera palabra la obtuvo el pueblo y sus planteamientos han sido claro y preciso, necesitamos un país diferente y que para eso una nueva forma de hacer política es necesaria; lo cierto es que esa nueva forma de hacer política no es solo una exigencia hacia los partidos políticos del sistema, no, es mucho más que eso. Hacer política diferente inicia en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en los grupos sociales, en fin, en todos los espacios donde se promueven los valores, en la medida en que actuamos éticamente en nuestro partido, no nos cabe la menor de la duda de que nuestro desempeño en la cosa pública será incuestionable, ejemplo tenemos de sobra y nuestros Presidente es una muestra de eso, es un verdadero ejemplo de coherencia entre el pensamiento y la acción, entre el decir y el hacer, cada vez más muchas personas de algunas maneras exigen una gestión en principios y valores democráticos y a eso es a lo que aspira la APD y para eso es que trabaja.

Este congreso que ha estado realizando la APD ha sido sin lugar a dudas un punto de partida. Un punto donde nos encontramos con nosotros mismos, donde iniciamos nuevos trabajos, un punto de partida hacia nuevas formas de hacer política, un punto donde pudimos profundizar nuestro espíritu democrático, en fin, un punto de partida en el que nos hemos estado preparando y sentado las bases para avanzar y ser mejores.

De manera que los diferentes documentos que fueron aprobados en el congreso servirán de guía y de instrumento de gestión hacia la construcción de una sociedad con menos desigualdades sociales, una sociedad en la que podamos cantar y bailar juntos; en definitiva una sociedad en que nos sintamos orgullosos de vivir en ella.

Atentamente,

Pablo Vicente