Cartas
Contra frente alternativo

<p><span><strong>Cartas<br/></strong>Contra frente alternativo<strong> </strong></span></p>

Señor director:
El sistema de partidos en la República Dominicana sigue siendo fuerte, a pesar de que en más de 40 años de ejercicio democrático los principales problemas nacionales no han sido resueltos, como son salud, energía eléctrica, educación, pobreza y alimentación.

En la actualidad se escuchan voces sobre la formación de un llamado frente alternativo con motivo de las elecciones presidenciales del próximo año, emulado por el avance extraordinario de la llamada izquierda democrática en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Brasil, Paraguay y la victoria que le fue arrebatada a Lopez Obrador en México.

En el pasado se han improvisado fórmulas que han fracasado y nunca se olvida el caso del doctor César Estrella Sadhalá, un ilustre ciudadano pulcro y honesto que fue patrocinado por la denominada sociedad civil, siendo víctima del clientelismo político que ha sentado raíces muy sólidas en el electorado criollo.

Ahora se habla de ex militares sin experiencia ni liderazgo en las complicadas lides partidarias, lo cual sería una aventura condenada al fracaso. El fenómeno Chávez es imposible reproducirlo en nuestro país por razones y circunstancias que no necesitan ser debatidas.

La práctica política en el campo de la realidad no es un juego. Ello requiere un entrenamiento y un aprendizaje que a veces dura décadas.

También las condiciones innatas de las que en el parque Mirador Sur me habló Peña Gómez refiriéndose a su caso y del licenciado Hatuey Decamps Jiménez. A propósito de este último, es el único capaz de liderear un frente fuera de los tres grandes partidos. Hatuey es un político de una fuerte personalidad y de un atractivo carisma, sumado a su reconocida condición de excelente estratega y gran organizador. Conoce palmo a palmo la geografía nacional y como expositor no tiene nada que envidiar.

Un frente político alternativo tiene que ser una mezcla de liberales y conservadores con un programa de gobierno diferente en el fondo y la forma. Los partidos emergentes pudieran tener algún espacio y oportunidad si deciden unificarse, abandonando el individualismo. Ya el Miuca de Virtudes Alvarez ha puesto la primera piedra.

El dominio del discurso político es un elemento esencial para la figura que habrá de encabezar lo que sería una cuarta opción con motivos de los comicios del 2008. Ensamblar una maquinaria política capaz de enfrentar a los partidos tradicionales no es tarea fácil. Lo ideal sería buscar un candidato que de antemano sea conocido a nivel nacional para avanzar más rápido y optimizar recursos.

Sería perder el tiempo tratar de fabricar líderes como si fueran simples muñecas. El quehacer político es una actividad agotadora y creativa que demanda destrezas y habilidades casi siempre logradas a través de la experiencia y del talento. Un frente político alternativo sería una interesante propuesta para concitar una buena parte de la población dominicana que reclama verdaderos cambios en la conducción de los destinos nacionales.

Atentamente,
 Miguel Pineda López

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