Cartas
«Cuidados con oportunistas»

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La tormenta Noel, convertida en catástrofe nacional, ha generado un masivo movimiento de solidaridad en toda la sociedad dominicana en favor de los miles de damnificados. La magnitud de esta dolorosa tragedia es realmente incalculable, pues sus daños afectaron casi toda la infraestructura del país.

No se puede soslayar la afirmación de un experto de la Organización de las naciones Unidas (ONU) en el sentido de que pudo evitarse esta calamidad, lo que una vez más puso a prueba el olfato periodístico del periódico Hoy que la destacó como su primera información el pasado día cinco. Igualmente, el señor Silvano Briceño criticó el deseo de algunos partidos de capitalizar políticamente esta desgracia.

Los clásicos oportunistas están diseminados en todos los estamentos tanto público como privado. A nombre de la solidaridad se esconden sectores muy hábiles que se aprovechan de estas aciagas circunstancias para sacar beneficios personales. No es la primera vez que esto ocurre. Gentes en extremo desalmadas que acumulan riquezas en ocasión de estos terribles percances.

El gobierno debe tener ojo avisor y manejar con absoluta transparencia las ayudas nacionales y extranjeras que se reciban. Debe también fiscalizar escrupulosamente los repartos a los afectados y despolitizar la patriótica tarea de reconstrucción nacional.

La misma prudencia y delicadeza deben observar las organizaciones de la oposición que se involucran en programas de socorro y auxilio, los cuales no deben ser usados como plataforma electoral. Se diría que las autoridades tienen que dar el ejemplo. Y ciertamente es así, pero la campaña parece que tiene atrapados a unos y otros. Se están produciendo situaciones desagradables, que si no son detenidas de seguro se convertirán en piedra de escándalo.

A propósito, el juez de la Junta Central Electoral, Eddy Olivares, propuso en el programa «Aeromundo» de Guillermo Gómez una tregua política. El pedido es justo y oportuno, pero hay que comenzar por arriba para enviar una señal inequívoca de que existe sinceridad y buena fe.

El presidente Leonel Fernández tiene el gran reto de liderar el proceso de reconstrucción nacional, conjuntamente con todas las fuerzas vivas del país, las cuales dicho sea de paso ya han respondido de manera excepcional. En ese aspecto debe despejar dudas y temores sobre la utilización de este dramático acontecimiento con fines políticos.

Hay quienes sostienen la creencia de que para bien o para mal es inevitable dada la cercanía de las elecciones presidenciales que la política contamine este estado de emergencia, lo cual sería muy lamentable. El oportunismo político, social y económico, al parecer no tiene nombres ni apellidos, por ello en este momento de angustia y de tragedia cuidémonos de él.

Atentamente:

Miguel Pineda López

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