Agradezco al director del periódico HOY la oportunidad que me brinda de poder llegar a sus amables lectores con esta reflexión que quiero compartir con ellos.

Si el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha sido favorecido por el voto mayoritario del pueblo en dos oportunidades para dirigir los destinos de sus nueve millones de habitantes que cohabitan en el territorio de la República, se debe, fundamentalmente, a que la organización ha llevado al solio presidencial a uno de sus mejores exponentes: el doctor Leonel Fernández Reyna.

La proyección de una sólida imagen pública, de la que goza en el seno de la sociedad dominicana el partido que fundara el profesor Juan Bosch, único latinoamericano a quien cabe el honor de haber creado dos organizaciones políticas que han logrado alcanzar el poder en la República Dominicana.

El PLD es una entidad estructurada, en principio, en base a organismos en los cuales se formaban los cuadros dirigenciales mediante los denominados «círculos de estudios».

El doctor Fernández Reyna, uno de los intelectuales más brillantes con que cuenta el escenario político nacional, se ha consagrado como estadista de dimensión y gran quilate, que el pueblo dominicano valora en su justa dimensión.

Las dos administraciones del PLD encabezadas por el doctor Fernández, especialmente la que discurre, han sido reconocidas por organismos crediticios internacionales, incluidos sectores internos que le adversan, por la ingente tarea de saneamiento de nuestra economía.

Cumplidos tres años de su segundo mandato constitucional, en el partido oficialista se advierten ciertas fisuras en la buena imagen que había exhibido fruto de los serios cuestionamientos que, en el manejo de fondos públicos en diversas instituciones del tren gubernamental, ha advertido uno de sus más dignos miembros, el doctor José Joaquín Bidó Medina, presidente de la Comisión de Ética y Combate a la Corrupción, así como por el licenciado Miguel Cocco, director  general de Aduanas.

La debilidad institucional que se imputa al partido y que se refleja en el estamento gubernamental producto de la supuesta malversación de fondos, se aprecia también el manejo de funcionarios que no han cumplido con las expectativas en el ejercicio de la función para la que fueron designados, siendo harto conocido su pobre desempeño. Instituciones como Medio Ambiente, Turismo, Salud Pública, la CDEEE, el INESPRE y la CAASD, entre otras, han contribuido con esa percepción que, sobre la imagen de la actual administración, tiene la ciudadanía, todo cual se revierte de manera negativa a la preeminencia que hoy exhibe el Partido de la Liberación Dominicana.

A esta cruda  realidad social, económica y política que vive la República Dominicana, hay que agregar los bajos niveles de popularidad en los que ha descendido el actual mandatario, producto de la no asimilación de su obra de gobierno y las punzantes críticas en círculos de opinión, por la construcción del Metro de Santo Domingo, monumental obra de ingeniería que se está tragando importantes partidas del Presupuesto General de la Nación.

Ahora, que el jefe del Estado está inmerso en un proceso reeleccionista para optar por su tercer período gubernamental, es evidente que apuesta a la fortaleza de su liderazgo con mira a retener el poder político y evitar el retroceso del país que representan las fuerzas del PRD, para que no vuelvan a conducirnos al caos, la anarquía y la destrucción.

Es importante destacar que ante el bajo nivel en la calidad de vida que experimentan sectores humildes y de menores ingresos, lo cual se ha reflejado en las recientes encuestas aparecidas en los medios de comunicación del país, el Ejecutivo deberá impulsar un activo programa de obras prioritarias que demandan comunidades en todo el territorio nacional.

Para un posicionamiento del Gobierno y la estructura partidaria, urge el relanzamiento del Gabinete Social en la implementación de programas sociales, para ir en auxilio de las clases más necesitadas en interés de un fortalecimiento de su plataforma electoral, que incluya mejorías sustanciales en los servicios de agua potable, energía eléctrica, salud, alimentación y la modificación de la Ley de Hidrocarburos, para presionar una baja sensible en los artículos de primera necesidad de la canasta básica del pueblo dominicano, medidas que contribuirán a fortalecer la figura presidencial, solidificar la buena imagen que tiene ganada en el seno del pueblo el PLD y garantizar la permanencia en el Palacio Nacional, por tercer período constitucional, del doctor Leonel Fernández Reyna.   Atentamente,

Marcos Ediberto Lozano Sánchez