«Construyamos en Navidad una cultura de paz”, es el mensaje para esta época de la Secretaría de Estado de Cultura, que dirige el prestigioso intelectual licenciado José Rafael Lantigua.

Aprendimos en nuestra juventud, en esos quehaceres clubísticos de la década del 70, que cultura eran todas las manifestaciones del hombre y no simplemente las artísticas y literarias. Es probable que ese concepto haya sido revisado, ampliado o redefinido en el marco de los grandes cambios y transformaciones del mundo de hoy.

De todas maneras, desarrollar la cultura de la paz entre nuestros hermanos dominicanos en un período como el que comenzamos a celebrar implica muchas cosas, como por ejemplo: evitar los excesos, practicar la solidaridad humana, decirle no a la violencia, profundizar las creencias cristianas o la fe en Dios, abandonando las poses falsas e hipócritas que sirven de careta a una sociedad embriagada por el consumismo y la francachela, respetar las leyes de tránsito, cuyas violaciones producen tragedias y desgracias a tantas familias, reducir el consumo de alcohol, incentivar la armonía hogareña y, finalmente, asumir con responsabilidad los retos y desafíos del futuro.

Qué bueno sería que aunque sea por estos sagrados días cesarán las disputas políticas, para que celebremos todos unidos esta tradición tan arraigada en la idiosincrasia del pueblo quisqueyano.

La exhortación de la Secretaría de Cultura en un mensaje telefónico grabado, sobre la necesidad de construir una cultura de paz en Navidad, debe servir de acopio a toda la familia dominicana.

No debe extrañar ni sorprender que ese sano llamado proceda de la institución señalada, porque la misma está dirigida por el licenciado José Rafael Lantigua, un hombre público que siempre ha cultivado las relaciones humanas y las buenas costumbres. En ese sentido, es un excelente condiscípulo del presidente doctor Leonel Fernández, quien en términos políticos le ha sacado magníficos resultados a esa virtud.

El slogan de la Secretaría de Cultura debía ser extensivo a otras entidades públicas y privadas, en aras de hacer conciencia y de contribuir a que estas navidades sean un instrumento de conciliación y entendimiento.

Estamos absolutamente convencidos de que si obramos de esa manera habrá alegría y paz en la mayoría de los hogares dominicanos.

Atentamente:

Miguel Pineda López