Cartas
Cumbre de izquierda

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El doctor José Francisco Peña Gómez fue inequívocamente el gran propulsor de las relaciones internacionales en términos partidarios de la República Dominicana. El profesor Juan Bosch fue el pionero en ese campo cuando desde su exilio cultivó magníficas amistades con líderes y gobiernos democráticos del continente, tales como José Figueres, de Costa Rica; Rómulo Betancourt, de Venezuela, y Luis Muñoz Marín, de Puerto Rico. Después de su derrocamiento, en 1963, el afamado escritor y político abjuró de la democracia representativa y perfiló su rumbo hacia la órbita socialista.

En diversas ocasiones Santo Domingo fue sede de trascendentales encuentros de la Internacional Socialista, con la participación de destacadas personalidades del mundo, incluyendo dignatarios como Willy Brandt, canciller de Alemania, en 1969, y premio Nobel de la Paz en 1971, Mario Soares, ex primer ministro del Portugal; Simón Pérez, ex primer ministro de Israel y también Premio Nobel de la Paz; Francois Mitterand, primer ministro de Francia en períodos consecutivos; Olof Palmer, asesinado gobernante de Suecia; Felipe González de España, Carlos Andrés Pérez, en dos oportunidades presidente venezolano; Daniel Ortega, quien por segunda vez dirige los destinos de Nicaragua, y don Oscar Arias, que está haciendo lo mismo en Costa Rica.

Ahora se anuncia la celebración de una cumbre de izquierda en nuestro país, cuyo anfitrión sería el presidente Leonel Fernández y en la que se darían cita mandatarios como Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil; Hugo Chávez y otros de la nueva corriente latinoamericanista que han logrado alcanzar el poder por la vía de los votos.

Dos históricos dirigentes de la izquierda criolla: Narciso Isa Conde y Fidelio Despradel, éste último compañero de lucha del legendario líder revolucionario Manolo Tavárez Justo, que se inmoló en la guerrilla de Las Manaclas, cuestionan esa cumbre, destacando que el doctor Fernández Reyna y el gobierno del PLD representan los intereses neoliberales.

Nuestra intención no es debatir la certeza o legitimidad de esos pronunciamientos, pues los autores de los mismos tienen la autoridad y los argumentos suficientes para justificar su oposición, sino enfocar la visión que tiene Leonel Fernández sobre las relaciones internacionales y su habilidad para encarnar un liderazgo sobre las relaciones internacionales y su habilidad para encarnar un liderazgo continental, sin ser una especie de izquierdista ortodoxo ni tampoco un derechista a ultranza, de la misma manera en que se codea con Chávez en la cumbre de Petrocaribe y se presenta como su aliado, por razones de conveniencias o no, igualmente lo hace con el presidente norteamericano George W. Bush en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El doctor Fernández es un político muy ecléctico que ha sabido encantar con su retórica y su trato a la comunidad internacional. Se cuida siempre de los extremismos, pero al final, parece hasta ahora que deja a todo el mundo complacido. Afirmar que la cumbre de la izquierda a celebrarse en el mes de noviembre fue fríamente calculada con el fin de que prácticamente coincidiera con las elecciones dominicanas posiblemente no está lejos de la verdad, ya que el doctor Peña Gómez y el PRD en varias ocasiones convocaron encuentros similares en tiempos comiciales.

La coyuntura internacional le ha favorecido enormemente al doctor Fernández Reyna y sus frecuentes viajes al exterior, criticados por la oposición, pero aprovechados al máximo por éste, le han servido de plataforma para allanar el camino de la llamada cumbre de la izquierda.

Atentamente,

Miguel Pineda López

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