Cartas
Esperanza

<p><strong>Cartas<br/></strong>Esperanza</p>

Señor director:
La designación de los bufetes directivos de la Junta Central Electoral y la Cámara de Cuentas de la República Dominicana son grandes y graves asuntos que ocuparon la atención ciudadana y que han sido decididos satisfactoriamente por el Senado de la República.

El proceso claro y transparente llevado por el Senado de la República para la escogencia de los directivos de la Junta Central Electoral y de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana y la calidad de los escogidos ha despejado el porvenir democrático de los dominicanos.

El temor era que la mayoría legislativa del Partido de la Liberación Dominicana se impondría y designara a militantes políticos y, peor aún, oportunistas políticos afines y recién estrenados, sin responsabilidad institucional alguna, sí con sus intereses individuales.

Los anteriores directivos de ambas instituciones se comportaron institucionalmente en consecuencia con la forma atropellante en que fueron designados por el Partido Revolucionario Dominicano y con las características del presidente del Senado de ese momento defraudando así a la ciudadanía.

Sin embargo, el Senado de la República actual creó esperanza, fortaleció la confianza y confirmó que en el país existen otros hombres como los directores de Impuestos Internos, Aduanas y el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que afirma que su riqueza material es la suma de sus sueldos menos sus gastos familiares.

El Senado estableció unos postulados, delineó un plan de trabajo y se ajustó a ellos, el resultado ha sido una escogencia que devuelve la fe en el porvenir de la República y el reconocimiento público al órgano legislativo cuyos integrantes han actuado con grandeza, dignidad, decoro y sentido del deber.

Los anteriores integrantes de los bufetes directivos de la Cámara de Cuentas y de la Junta Central Electoral fueron objeto de denuncias de parte de excompañeros, por lo que su premio es darles la oportunidad de que limpien sus nombres mediante el crisol que son los tribunales penales de la República.

La pertinencia de que los anteriores transparenten sus decisiones institucionales es porque es una medida profiláctica y un mensaje de los actuales en el sentido de que no transitarán el mismo camino, que no tendrán necesidad de aplicar el “Hoy por ti y mañana por mí”, que sus nombres serán enaltecidos, no vilipendiados.

El Senado de la República ha cumplido su rol, corresponde a los designados, saberse siervos del pueblo y no amos, agradecer la hermosa oportunidad de servir, trascender y al terminar sus funciones, sus nombres sean pronunciados y escuchados con respeto, gratitud, reverencia y dignos de ejemplo.

Es la esperanza que ha sembrado en el corazón del pueblo el Senado de la República.
Atentamente,
Alejandro María

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