Hablar de inadaptación escolar, es hablar de algo que merece una especial atención, debido a la gran incidencia que la misma tiene en el desarrollo del individuo. En tal sentido hemos de ofrecer una breve descripción de los conceptos y áreas en las que se produce mayor incidencia.

El fracaso escolar es quizás la forma más ruidosa, aunque no la más grave, de las inadaptaciones escolares.

¿Qué es un fracaso escolar?. En realidad no resulta muy preciso enmarcar una frontera entre las nociones de éxito y fracaso escolar, puesto que hay fracasos parciales y globales, transitorios y permanentes y afectan de una manera muy sutil a los diferentes tipos de alumnos.

Se considera como fracasado al alumno cuyas notas son inferiores a la media. Recientes trabajos han demostrado que las notas no reflejan objetivamente el valor del trabajo; no obstante, por bien fundadas que resulten las reservas, las malas notas y los últimos “puestos”, son considerados por el alumno, su familia y los profesores como el signo del fracaso, al margen de las causas que lo producen.

Otro criterio es la repetición del curso. Sabemos que en la psicología familiar la repetición del curso se interpreta y se vive como fracaso, aunque, a veces, repetir tiene por objeto prevenirlo más que ser un signo del mismo.

El suspenso en los exámenes, es un tercer criterio. El suspenso no refleja siempre un fracaso, pues puede constituir una sorpresa para el propio alumno o, para sus profesores. No obstante, el paso al curso siguiente se imposibilita, con lo cual el suspenso es considerado por aquel que lo sufre y por los que le rodean como la consagración oficial de su fracaso.

La escuela, por otro lado, debería preocuparse por prevenir fracasos, insistiendo en el dominio de los mecanismos de base, medios de expansión de todo pensamiento y conocimiento.

El fracaso se gesta lentamente.

Los estudios realizados en una muestra de alumnos de 4to. y 5to. grado, nos revelaron lo siguiente:

Un número bastante importante de escolares asistentes a colegios y escuelas que pasan de curso sin acusar provecho alguno, o incluso manifiestan pérdida en el rendimiento de los aprendizajes adquiridos.

 Son enteramente alarmantes los elevados índices de fracasos que se dan en las técnicas básicas, sobre todo en lectura comprensiva.

La actividad de los centros docentes parece polarizarse hacia adquisiciones culturales, en detrimento del perfeccionamiento progresivo en el dominio de la lectura, ortografía, el cálculo.

Las deficiencias de esas áreas aumenta la dificultad para los estudios posteriores: puede ser la causa del fracaso en muchos estudiantes de bachillerato y puede también afectar el trabajo de muchos profesores.

Se ha visto que en el fracaso escolar influye la familia, la escuela y el propio alumno. En nuestra próxima entrega vamos a señalar las causas probables de la inadaptación, y por consiguiente, de qué forma se deja sentir los tres elementos citados.

Atentamente,
Atahualpa Soñé