Cartas
La nueva Policía Nacional

<STRONG>Cartas<BR></STRONG>La nueva Policía Nacional

La Policía Nacional, con unos 70 años operando principalmente como cuerpo represivo del Estado, ha logrado ir pautándose como un responsable centinela del orden público y un celoso guardián de vidas, bienes y servicios.

Dejando bien atrás la macana y la «cachiporra» nuestra nueva Policía Nacional está naciendo al mundo de las tecnologías. Armada de sofisticados instrumentos detectores de armas letales y auxiliada por una avanzada capacitación de sus miembros, este organismo del Estado ha logrado reducir en un 62.5% las criminales actividades de los grupos delincuenciales que se creían intocables, combatiéndolos directamente, en sus propios centros de operaciones, retornando así a la ciudadanía el pleno disfrute de sus derechos.

¿Cómo es que ha logrado la Policía Nacional su extraordinaria y tranquilizante transformación?

Fue necesario que tres importantes factores aunaran, sumaran, conocimientos, experiencias y decisión para que se desarrollara todo un bien estudiado programa de acción reestructuradora de los caducos procedimientos policiales, produciéndose un giro de 180 grados en el accionar público de la Policía Nacional.

El primero de estos factores lo encarnó el ciudadano Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, quien decidió reactivar el programa de tecnificación policial que en su primer cuatrienio constitucional (1996-2000) no ejecutó a plenitud, pero que ahora, asistido por el segundo factor representado por el secretario de Interior y Policía, doctor Franklyn Almeida Rancier, si logra implementarlo, y se inicia el programa Barrio Seguro y, con él, la tecnificación de los operativos policiales y la capacitación adecuada de sus miembros.

Es en esta fase del programa donde el tercer factor es un oficial policial nacido y criado en los cuarteles, con un historial positivo de acción policial en los distintos departamentos que comandó. Capacitado, responsable, decidido y consciente de las graves y honrosas responsabilidades que gravitan sobre sus hombros al ser escogido y nombrado por el señor Presidente de la República como jefe de la Policía Nacional.

El tercer factor, es pues, el mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín quien establece de inmediato todo un calendario de actividades barriales, en las que daría a conocer lo que sería su Jefatura policial, sobresaliendo en sus puntualizaciones la guerra sin cuartel a la delincuencia y el respeto a los derechos humanos.

Conferencias, charlas, encuentros con los dirigentes barriales de clubes deportivos y culturales centran los primeros pasos del jefe policial.

En cada actividad hace hincapié en las instrucciones recibidas del ciudadano Presidente de la República para que el policía sea tratado y reconocido como un ciudadano más que tiene una misión específica: garantizar el orden público y la vida y bienes en general.

No hay dudas: La capacidad operativa del nuevo jefe policial está logrando desarrollar con éxito los programas de supervisión policial elaborados por el ciudadano Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, en su loable interés de dotar al país de una Policía Nacional acorde con los tiempos que vivimos.


Silvio Arzeno Santos

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