Cartas
Lo dijo el padre Alemán

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Admirado, querido y respetado por todo el país, el padre José Luis Alemán, prominente economista y académico, declaró recientemente que la inmensa cantidad de gente que asistió a los funerales de la ex primera dama de la República, doña Asela Mera de Jorge, era una especie de desagravio, reparación moral callada en favor del ex presidente Salvador Jorge Blanco.

El reconocido sacerdote, con la autoridad que le caracteriza, afirmó que contra Salvador hubo un verdadero ensañamiento, una campaña de difamación y persecución política que dicho sea de paso doña Asela enfrentó con mucho valor y dignidad.

Ciertamente, personalidades de todos los sectores, y también de los de abajo, desfilaron masivamente ante el cadáver de una extraordinaria mujer que fue ejemplo como esposa y madre modelo, que jugó roles trascendentales en la lucha por la democracia y la libertad del pueblo dominicano.

Sabemos que las responsables declaraciones de José Luis Alemán, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Madre y Maestra, están dirigidas a que no se vuelva a repetir un fenómeno de retaliación como ése, que tuvo por finalidad malograr la carrera política de un líder que en unas elecciones tan cerradas como las del 1986, permitió el arribo al poder de los que después serían sus verdugos.

El doctor Salvador Jorge Blanco ha sido reivindicado. Su honrable familia igualmente redimida, aunque en unas circunstancias que nadie desea. La enseñanza tiene que ser asimilada por la sociedad dominicana.

La admonición del padre José Luis Alemán para que se tenga cuidado a la hora de poner en juego la reputación de una persona o familia, tiene un alto valor tanto en el presente como en el futuro, pues ha hablado un hombre que le ha dedicado toda su vida a la evangelización, a la educación y al servicio de los más nobles intereses de la patria.

En medio de la irreparable pérdida de Asela Mera de Jorge, sus hijos Orlando y Leticia, que son sus herederos espirituales, deben sentirse orgullosos por esa reparación pública callada a la que se refirió José Luis Alemán. 

Atentamente,

Miguel Pineda López

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