Cartas
Los Prados

Cartas<BR><STRONG>Los Prados</STRONG>

Señor director:
El Club Los Prados está convocando para el viernes 28 a una asamblea ordinaria para elegir su nueva directiva, y oportuna es la ocasión para que los socios reflexionemos y meditemos en torno a la necesidad de rescatar esta importante organización recreativa, cultural y deportiva que tiene 36 años de fundada.

Los nuevos directivos tienen que recuperar el prestigio y la credibilidad que siempre caracterizó al Club Los Prados, y tienen, al mismo tiempo, que restablecer la filosofía de servicio de sus socios, deteniendo el letargo en que está sumida la entidad desde hace varios años.

Se hace impostergable que los nuevos directivos del Club mantengan debidamente informado a los miembros del estado de situación de la organización, el comportamiento del flujo de caja, de los ingresos y egresos que se registran cada mes, deben exponer también las proyecciones y alcances de las obras de infraestructura que se han construido, así como cualquier otra información adicional de interés para la familia pradera.

Además, hay que restablecer la grata costumbre de felicitar a los socios el día de su cumpleaños, mediante llamadas telefónicas, email o mediante el envío de una tarjeta a su residencia, como se hacía en el pasado. Un gesto de esta naturaleza resulta emocionante para el festejado y para sus familiares.

Hay que detener de una vez por todas la manifestación del Club, exigiendo los requisitos que debe satisfacer una persona interesada en ingresar a la organización de servicio. Ultimamente se ha convertido en práctica común aceptar nuevos miembros sin el requerimiento previo de referencias personales y la “bendición o apadrinamiento” de socios con largo tiempo de membresía, que ofrezcan fe y testimonio de las cualidades del o los interesado (s) en incorporarse al club, como se hacía en la gestión histórica del finado Esmeraldo Soto.

Como bien lo consignan sus estatutos, el Club Los Prados es una organización recreativa, cultural y deportiva, y por tanto, sus actividades no tienen fines de lucro. Sin embargo, en los últimos tiempos los socios mantienen cierta indiferencia debido a que los precios de los servicios (comidas, bebidas, etc) se han incrementado considerablemente.

En el pasado, específicamente en la postrimería de la década de los 90’ cualquier socio tenía derecho a utilizar las instalaciones del Club para la celebración de una actividad familiar, sin tener que incurrir en pago alguno. La única condicionante era resignarse al calendario de actos confeccionado al efecto. Hoy en día, en una actitud insólita e inaudita, hay que pagar una suma determinada, como si se tratara de un club particular, los usuarios necesariamente tienen que consumir los productos que se expenden allí y como si fuera poco, hay que hacer efectivo pagos adicionales de compensaciones a los auxiliares de servicios, mejor conocidos como camareros. En realidad, los escalamientos de costos han afectado a todos los sectores, pero no olvidemos que Los Prados es un club privado sin fines comerciales.

La directiva que resulte electa en la jornada electoral tiene que enfrentar los constantes robos de vehículos de los visitantes del Club, mediante la contratación de vigilantes dinámicos, capaces de prestar un servicio a tono con las necesidades. Vigilantes que cumplan religiosamente con su misión, que no descuiden el servicio para ir a “picar” a los socios que salen del centro. Cientos son los amigos que me han manifestado que no asisten al club, especialmente los viernes sociales, debido a la poca seguridad de los vehículos.

Los Prados es una institución que todos debemos salvar. En las elecciones del próximo día 28 depositemos un voto firme y solidario por los hombres y mujeres que puedan rescatar nuestra institución y puedan enrumbarla por nuevos caminos de progreso y bienestar.

Atentamente,

Chichí de Jesús Reyes

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