Cartas
Por el pueblo

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La República Dominicana marcha a pasos agigantados e indetenibles hacia el progreso después que Leonel Fernández Reyna la rescató del naufragio social en que fue sometida por la incapacidad de gobernar del Partido Revolucionario Dominicano, que laceraron las finanzas del Estado, cuyas bases se hallaban socavadas por un proceso de desbarajustes fiscales y torpezas administrativas.

Leonel Fernández debe continuar dirigiendo los destinos de la nación para llevarnos a puerto seguro de modernidad y desarrollo; no nos podemos equivocar y dar un paso hacia el vacío y poner en riesgo lo que se ha conseguido en más de tres años, la confianza en todos sus órdenes. Solamente Leonel Fernández garantiza la estabilidad de la prima, el mejoramiento del sistema eléctrico, como se puede palpar en los avances significativos del mismo; la instalación de los centros de informática en la geografía nacional, lo cual constituye una verdadera revolución del conocimiento; la continuidad de los afiliados del Seguro Familiar de Salud, que se prevé para el 2008, la matriculación de afiliados arribará a más de tres millones de dominicanos que se beneficiarán del mismo. Su visión de convertir a la Universidad Autónoma de Santo Domingo en un centro tecnológico de estudios de los más avanzados de América latina.

El sabio que en la antigüedad fijó algunas de las leyes universales de la Física, solía expresar así su fe en los postulados con que revolucionó esa ciencia: «Dadme una palanca y un punto de apoyo, y levantaré el mundo». Si los dominicanos nos unimos para ofrecerle nuestra cooperación y nuestra buena voluntad como punto de apoyo, Leonel levantará al país hasta la cumbre de la prosperidad y hasta el cielo de la gloria.

Quien escribe estas líneas tiene muy poco tratando a Leonel, y pude observar en él el magnetismo de líder que emana de este ser humano, quien irradiando positivismo hacia sus conciudadanos, pareciese que la gran providencia lo dotó de una personalidad equilibrada dirigida al bien y a la felicidad, investido de una humildad fuera de serie, lo cual lo convierte en lo más sublime que ha pasado por el solio presidencial en toda su historia, y nos hace recordar la frase de un historiador, político y teórico, Nicolás Maquiavelo: «El que es elegido príncipe con el favor popular, debe conservar al pueblo como amigo».

No hay dudas que el presidente Fernández Reyna ha conservado al pueblo como amigo, posicionándose en el mercado electoral y ante el país como el producto político de mejor terminación que existe en la actualidad para seguir conduciendo la nave rescatada del naufragio social y llegar a puerto seguro con triunfo en primera vuelta, por el bien del pueblo dominicano.

Atentamente:

Hatuey Sánchez Galarza

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