El domingo 22 de este mes de julio el periodista José Miguel Carrión, Relacionador Público del Ayuntamiento del Distrito Nacional, escribió un artículo titulado: «Abuso contra el ADN», en el que acusa al ex Síndico Johnny Ventura de irresponsable por haber facilitado a la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (FENATRANO) la compra de 432 minibuses para igual número de pequeños propietarios y choferes, que en su conjunto involucran a más de mil familias.

Lo primero que debo de recordar al funcionario del cabildo es que la responsabilidad que atribuye al señor Ventura no responde a la verdad, porque igual culpa tendrían los regidores de ese entonces de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC), que levantaron su mano a unanimidad cuando se conoció el proyecto en varias sesiones de ese organismo, copia de cuya resolución tenemos nosotros y también debe tener el organismo edilicio.

Es por ello que no comparto el calificativo de Carrión al señor Ventura, porque de ser así lo serían los regidores de ese entones y sus partidos, entre los cuales hay personas muy distinguidas y actuales funcionarios de este gobierno.

Pero hay algo más, me gustaría saber dónde estaba Carrión cuando al término de su anterior gobierno el Dr. Leonel Fernández exoneró más de un millón de pesos a cada uno de los beneficiados de los apartamentos de los residenciales Mairení y Enriquillo, que fueron construidos con los dineros que todos pagamos de impuestos y sin embargo sólo fue entregado o repartido entre peledeístas que habían sido funcionarios de la gestión que debía concluir, periodistas y alabarderos de esa administración, los cuales no pagan, contrario a las guaguas azules que aún con atrasos se están pagando, al tiempo que brindan un servicio, subsidiando a miles de ciudadanos pobres.

Por si Carrión lo olvidó, esos apartamentos de lujo también fueron construidos con fondos públicos. Y también eran fondos públicos el dinero exonerado y el mobiliario que fue regalado a algunos de ellos.

También eran fondos públicos los «pollitos» que en un 95% fueron distribuidos entre miembros del PLD (para que al salir del gobierno tuvieran de qué sostenerse), con el beneficio de que se le regaló un 25% del valor de los mismos (por un monto de 50 mil pesos) y siete años después aún no han pagado, a pesar de que el pagaré es de algo más de mil pesos, que ahora exigen le sea rebajado. Estos beneficiados no pagaron ni pagan intereses y aunque fueron comprados en dólares fueron entregados con el precio en pesos, sin ningún recargo, por lo que la fluctuación de la prima del dólar no les afecta, como sucede con las guaguas azules.

No recuerdo que en esa oportunidad el Relacionador Público del ADN tampoco saliera a defender los fondos públicos, como tampoco lo hizo cuando el INESPRE, en el gobierno anterior de Leonel Fernández, compró decenas de camiones, pintados de amarillo, que luego entregó a miembros del PLD, a los que le pagaba una suma de dinero por concepto de alquiler de los vehículos, y al concluir la gestión los mismos les fueron regalados hasta con la matrícula.

Me gustaría saber si esos no eran fondos públicos y si los beneficios de esos camiones han pagado un centavo de los vehículos que les entregó el INESPRE en esa ocasión.

La última culpa que tiene el Sr. Ventura fue que actúo de buena fe con un sector que ha sido tradicionalmente vapuleado, vilipendiado, marginado y satanizado por los sectores de poder que son los que controlan los medios de comunicación y tienen un odio mortal a los pobres, a los que les niegan todo sus derechos.

Donde quiera se cuecen habas y los propietarios de guaguas azules continuarán pagando… igual que como deben pagar las cuantiosas deudas que tienen contraídas con el Estado dominicano los grandes oligarcas, deudas que vienen acumuladas desde el ajusticiamiento de Rafael Trujillo Molina.

Y como estos, son miles los casos, sólo que todo depende del cristal con que se mira, lo que demuestra que en nuestro país hay muchos irresponsables… desde el más grande al más pequeño.

Con sentimientos de estima y consideración,

Atentamente,
Socorro Monegro