La explotación responsable de los recursos mineros de loma Miranda, en La Vega, no es posible, debido a su fragilidad.

Así lo afirmó el coordinador de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y miembro del equipo ambiental de la Academia de Ciencias, Luis Carvajal.

El ecologista se refirió a la opinión de cuatro cámaras de comercio de la Mancomunidad, en el sentido que respaldan la explotación responsable de loma Miranda. Participaron en el Encuentro Económico de HOY.

“Es absurdo el extremismo de esos empresarios que son capaces de destruir un acuífero para ganarse unos chelitos viejos de manera temporal”, expresó.

Consideró que la posición de una cámara de comercio dominicana es defender la parte nacional de ese comercio y no erigirse en representantes de los inversionistas extranjeros.

“Si es así, no son cámaras de comercio, son embajadores comerciales de aquellos países. Esa es una distorsión que tienen que superar las cámaras de comercio”, sostuvo.

Dijo que loma Miranda es un sitio importante por el agua que capta y redistribuye y que su explotación afectaría a 14,000 productores de arroz, los ganaderos y productores de vegetales.

Resaltó que el agua de loma Miranda va a acueductos, sistema de riego y forma parte de la estabilidad de la cordillera Central y de la productividad de los valles.

Cree que no hay forma racional de explotar a loma Miranda, porque “es un sentimiento general y erosionar ese sentimiento nacional es insostenible”.

Cree que los beneficios podrían favorecer a un sector muy minoritario y serían inferiores a los daños que provocarían.

Consideró que los daños terminarían afectando a miles de productores agrícolas, decenas de miles de dominicanos que consumen de manera directa el agua que se genera.

Expresó que en 46 años, la minera Falcondo no ha cubierto el 12% de su pasivo ambiental y no tiene depositados los fondos de cierre que la ley le obliga.

Señaló que Falcondo ha hecho creer que haber sembrado unas matitas es un plan de recuperación.

Dijo que la minera ha invertido más en limpiar su imagen que recuperar ambientalmente las áreas intervenidas.