Casa computarizada, el futuro ya está aquí

Casa computarizada, el futuro ya está aquí

DUISBURGO.- Cuando el cielo se vuelve gris y amenazador, uno se pregunta si es tiempo de cerrar las ventanas antes de que comience a llover. Ahora, si las cosas se desarrollan de la manera que esperan los investigadores, las ventanas y las persianas se cerrarán automáticamente, haciendo la vida en casa más cómoda y segura.

Esta tecnología es conocida como “inteligencia ambiental”, de la cual diversos prototipos están siendo ya probados por diferentes equipos investigadores en todo el mundo.

Una de las primeras familias en vivir permanentemente en una “casa conectada” de este tipo es la de los Steiner, en el cantón de Zug, en Suiza.

Los Steiner han vivido ya cosas que les han hecho dudar de la “inteligencia” de su casa. Un ejemplo de esto fue una fría tarde, cuando Steiner, científico de computación, y su esposa, se quedaron ante las puertas herméticamente cerradas de la casa: el sensor biométrico usado para abrirlas simplemente no había reconocido sus huellas digitales.

“Nuestra experiencia con este tipo de sensores procede sólo de ámbitos de alta seguridad, como el de los bancos”, explica Beat Schertenleib, portavoz del proyecto “Vida Futura” (FutureLife, www.futurelife.ch). En tales ambientes, factores como la temperatura y la humedad ambiental son predecibles y constantes.

El dispositivo en cuestión simplemente no estaba preparado para temperaturas bajo cero como las que se registraban esa tarde.

La familia Steiner, no obstante, destaca los lados decididamente positivos del experimento. “Es agradable sentirse independientes, puesto que podemos registrar y controlar nuestra casa a distancia”, dice. Una máquina riega automáticamente el césped, otra garantiza la recepción de paquetes cuando no hay nadie en casa.

A esta caja receptora de paquetes, llamada Skybox, se accede mediante una llave electrónica o una tarjeta con código de acceso, mientras el amo de casa recibe en su teléfono móvil un mensaje advirtiendo que se está entregando un encargo.

FutureLife es un proyecto suizo, pero hay también proyectos semejantes, como inHaus en la ciudad alemana de Duisburgo y HomeLab en la holandesa de Eindhoven. En estos casos, sin embargo, las casas son habitadas sólo por períodos de prueba.

Klaus Scherer, un ingeniero del Instituto Fraunhofen para Circuitos y Sistemas Microelectrónicos (IMS) en Duisburgo, señala que mucho de lo que su equipo está experimentando se halla ya en hogares normales. “Los componentes y accesorios están ya en el mercado”, dice.

Esta tecnología va desde técnicas de conservación de la energía hasta el control de funciones domésticas a través de Internet, o un sistema de seguridad con detectores de humo y de movimiento. “Esto permite reconocer y advertir de incendios, penetración de ladrones y urgencias médicas”, explica Scherer.

AL ALCANCE DE TODOS

Los investigadores ponen énfasis en impedir que esta tecnología avanzada se complique demasiado y quede fuera del alcance del usuario normal, señala Scherer. “Al experimentar con ‘vida inteligente’, nos hallamos a veces presos entre la presión de la complejidad y una fuerte tendencia hacia la simplificación”, añade.

Esto significa que la casa inHaus ya no ofrece una variedad de controles remotos para diversos aparatos, sino más bien un “sistema integrado de control”, capaz tanto de regular la temperatura ambiente como de bajar las persianas.

Un producto que se halla ya en el mercado es el refrigerador multimedia de LG Electronics, que advierte de las fechas de caducidad de los alimentos y toma nota de qué productos han sido ya consumidos, además de reproducir incluso música y películas.

Pese a que el hogar inteligente sea lógico en teoría, la mayoría de sus aparatos se limitan actualmente a la electrónica de entretenimiento.

Muchos de los aparatos de esta rama tecnológica pueden ya comunicarse unos con otros gracias a la norma WLAN o red inalámbrica local. “Los mundos informático y audiovisual se comunican cada vez más entre sí en el salón de la casa”, explica Nils Saib, de la Sony alemana.

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