La Casa Comunitaria de Justicia ha logrado en sus once años de fundación la mediación en 303,877 casos, evitando que lleguen a los tribunales en base a la promoción del diálogo y la conciliación de conflictos.
José Ceballos, director ejecutivo de la Casa Comunitaria de Justicia explica que el centro creado en el 2005, es de resolución de conflictos comunitarios, familiares, escolares y juveniles para facilitar el acceso de justicia en sectores vulnerables, donde la mayoría de las personas tienen limitaciones económicas y desconocimiento sobre temas legales.
Señala que en la casa ofrecen los servicios gratuitos de fiscalía (conciliación), mediación familiar y comunitaria, orientación legal, asistencia en violencia de género y en derechos humanos.
También educan sobre prevención de violencia a la ciudadanía y fortalecimiento de las organizaciones comunitarias. “Con fuego no se apaga el fuego, se apaga con agua y mientras quieras resolver un conflicto en base a violencia jamás habrá solución”.
Cuentan con ocho casas, ubicadas en La Ciénega, Distrito Nacional; Las Caobas, Santo Domingo Oeste, Cienfuegos y La Joya en Santiago; en Villa Rosa, La Vega; San Francisco de Macorís; Mao y en Moca.
Personal. De su lado, la directora de Gestión, Ruth Henríquez explica que el Ministerio Público asigna los fiscales en las casas, donde concilian y conocen casos penales que no impliquen violación al Código Penal en que tengan que imponer sanciones de orden público.
El Poder Judicial designa a los mediadores para trabajar aspecto que no implique violencia familiar y comunitario.
Los ayuntamientos donde están las casas proveen los abogados, quienes dan asistencia jurídica y educan a las personas sobre sus derechos y deberes.
Además el Patronato de Ayuda a Mujeres Maltratadas (Pacam), asisten con sus psicólogos a las víctimas de violencia.
Casos. Henríquez detalla que entre los casos que atienden están pensión alimentaria, regulación de visitas o tutela, partición de bienes, declaración tardía de nacimiento, convivencia familiar, inquilinato, ruidos ambientales, aguas residuales, manejo de basura, convivencia comunitaria, deudas o préstamos, trabajo realizado y no pagado y difamación y amenaza.
Precisa que el 52% de los beneficiados son mujeres y un 48% hombres; inciden en más de 634 barrios aledaños a las Casa Comunitarias de Justicia.
“Hablando la gente se entiende, pero la idea es concientizar y sensibilizar a la gente de que la violencia nunca será la respuesta adecuada para abordar un conflicto, y que una de las mejores forma de abordar un conflicto es el diálogo, bajo la preservación de los intereses y de las personas”.
Destaca que se debe ser duro con el problema, pero no con las personas y por eso las casas reúnen a las personas para que dialoguen y puedan conciliar.