En mi recorrido de investigación en la zona oriental, esta vez llegando al sector de Alma Rosa Primera, me detengo en la calle Primera número 5, donde encuentro una edificación de dos niveles con una de esas curiosidades que los geniales arquitectos dominicanos presentan innovando al desarrollar su diseño estructural.
Esta característica única radica en que su entrada al segundo nivel se hace por una torre independiente del inmueble, la cual se percibe delante a la derecha y cuya altura sobrepasa de la cornisa, o sea, del techado.
En el lado izquierdo, posee una ventana estrecha arqueada, e igual en el derecho y al frente, además del acceso mencionado, que consiste en una escalinata que conduce hasta arriba, cuyo cuerpo es rectangular y el cornisamento (techo) está cubierto de tejas, pero con la diferencia de que frontalmente, pero inclinado, se visualiza más elevado hacia delante.
Otra novedad es que ese segundo nivel está formado por dos cuerpos frontalmente separados casi al medio. El de la izquierda posee dos ventanas rectangulares arqueadas con cada lateral muy extenso hacia atrás. En la otra cara se aprecian tres puertas con ventanas iguales y su cornisa (techo) también lo cubren tejas. Y delante se percibe una baranda de metal.
En cambio, lo dividen dos cuerpos; uno al centro, unido al del lateral derecho, formado por una galería frontal con una puerta y una ventana gemela separada por una pequeña columna dórica, y su cornisa igualmente cubierta de tejas, delante incluye una corta marquesina. Pero el cuerpo, que del lado derecho lo une, lo ocupan tres ventanas arqueadas con una cornisa con tejas encima.
El primer nivel tiene una entrada al medio, galerías laterales con ventanas y a la izquierda el espacio para el parqueo de un vehículo. Delante, al centro y del lado derecho, hay una verja, y del izquierdo, dos rejas que dan entrada al paqueo.