POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
En la Avenida Bolívar número 57, donde actualmente se ubica la Funeraria La Altagracia, se levanta una casa que fue construida a finales del siglo XIX por el ingeniero Benigno Trueba y los constructores Turull y Domenech, perteneciente a don Félix Ravelo, quien la mantiene intacta y en perfectas condiciones.

Ésta posee una fachada amplia y especial, al ser la única edificación que presenta entre espacios unas cortas piezas que sobresalen unas de otras. Es una peculiaridad que le da un aspecto interesante, al tener cuatro entradas arqueadas con distintos modelos de estructura.

En el ángulo derecho se aprecia una torre en cuyo inicio hay dos cortas y estrechas ventanas cerradas con vidrios y rejas que rematan en arcos, y un pequeño balcón arrimado a la pared, con una base curiosa debido a que tiene tres cortas columnas de estilo toscano de color dorado adosadas a la pared, que en lo alto lateralmente le rodea una gruesa moldura con un tejido enroscado unido en la parte superior. Su techo es de tejas curvas, las cuales están colocadas en forma piramidal.

Más arriba de ésta, hay otro ventanal arqueado con una marquesina que emerge en forma cóncava con un impermeable estriado, y tiene un sobresaliente balcón curvo, cuyos balaustres son de hierro forjado, decorados lateralmente con barras unidas, que desde abajo y en el centro se abren y forman dibujos curvos invertidos. Debajo de éste se observa un soporte de concreto en media curva con varias molduras.

Es seguida por otras dos piezas sobresalientes. La primera con ventana arqueada y la segunda que despunta menos, pero es la central, cuyo arco también es arqueado y está cerrado con vidrios y rejas de un decorado curvo, en el cual se aprecian debajo barras verticales paralelas y curveadas.

Lateralmente aparece otra pieza cuya entrada la forma un arco de herradura islámica que sale de ambas paredes, el cual después de la mitad está tronchado y debajo lo soportan cortas columnas redondas que podríamos decir es una creación decorativa del arquitecto.

 Prosigue otra pieza que emerge menos, cuyo frente forma otro arco de herradura musulmán, el cual en lo alto y debajo presenta la misma forma que el anterior, pero sus columnas son más gruesas. Arriba de éste, en un segundo nivel, hay otro balcón con una baranda de hierro forjado decorado con barras verticales y curvas, donde hay una doble ventana arqueada con marquesina que tiene un impermeable, cuyo remate es inclinado con ribetes ondulados y un balconcito con baranda adornada.

Así mismo, en el lateral central del segundo nivel aparece un ángulo almenado, desde donde se levanta una torrecita de forma islámica, cuyo remate está cubierto por un globo de concreto con el tope puntiagudo pintado de blanco.

Al lado hay otra entrada menos saliente, con un arco también en forma de herradura árabe, cuyos laterales son bordes que en el centro tienen cerámicas de color, donde emerge una marquesina cóncava saliente de poco ancho, montada encima de dos tubos que la sostienen, en la cual se aprecian cortas barras cuyo tope está decorado con curvas enroscadas, y que tiene un forro impermeable de bordes ondulados.

En el extremo siguiente, hay una galería cerrada con marcos de vidrios, y al lado, en el fondo, se aprecia el espacio en que hay arcos ojivales arrimados a la pared donde está el garaje.

A la entrada del edificio hay una larga verja con columnas cuadradas en cuyo tope hay globos para el alumbrado, pero en el acceso principal, lateralmente, se aprecian dos columnas de concreto en cuya cima parten dos barras paralelas formando un arco, con adornos enroscados y otros redondos en los centros que en ambos extremos curvean hacia dentro.