Lo más hermoso y autóctono del urbanismo en Santiago son sus antiguas edificaciones, principalmente aquellas que presentan un aspecto peculiar, único, que le da su carácter propio.

Así, llegando en ella a la calle 16 de Agosto esquina Presidente Guzmán encontramos la casa victoriana número 135, de una formación estructural  curiosa: frontalmente tiene un solo nivel, pero en el fondo -a partir de la mitad- es de dos niveles.

La fachada también presenta otra curiosidad estructural, y es que tiene una pared con un decorado en madera singular con tablas cortadas  colocadas unas encima de otras, que -unidas- forman un triángulo.

El remate del lado norte es de dos aguas; sin embargo, está unido al del lateral sur que, aunque un poco retirado, el techo triangular que lo forma está colocado en sentido contrario, y en él se aprecia una pequeña buhardilla con una doble ventana.

Esta vivienda fue levantada en un alto con cimiento de concreto cuya fachada tiene una escalinata con cuatro peldaños de mármol, y una corta galería con pilastras del mismo material estriadas verticalmente, así como  un balcón con balaústres normales.     Su interior tiene una puerta cuya madera presenta tres paneles formando cuadros de gruesos bordes que encierran un redondel con una roseta y persianas en cada lateral; además, tiene un tragaluz curvo ornamentado con un calado de curvas enroscadas y pequeños óvalos que forman un abanico abierto.

Le continúa, del lateral sur, una ventana rectangular con persianas y tragaluz de vidrio que en cada extremo cuenta con un marco vertical con el mismo adorno de maderas cortadas formando triángulos encima.

Ya para el lateral sur, con el cuerpo de un solo nivel unido al otro con dos, presenta paredes con tablas colocadas horizontalmente, diez ventanas y un callejón cercado con verjas ornamentadas. La parte  de atrás corresponde a la cocina, se aprecia una  chimenea.