En las casas donde hay niños, básicamente en la etapa de mayor curiosidad -de los dos a los seis años-, la primera recomendación es estar siempre atentos, conscientes de que mientras más silencio haya, mayores son las posibilidades de que estén en peligro.
Si está en la sala y los niños jugando en la habitación, ¡corra! podría llegar demasiado tarde, ya que por lo general es como si los riesgos les dieran satisfacción.
Los niños en edades de dos a seis años hacen del riesgo su forma natural de descubrir el mundo. Y habrá algunos que continúen sus travesuras durante más tiempo.
Es por eso que para ellos lanzarse de una escalera, la cuna, cama, manipular los botones del horno, la nevera, subirse en una mesa, silla, meter los dedos en los enchufes… forma parte de sus juegos, e incluso -a juzgar por el rostro que ponen en ocasiones- se podría advertir que hasta lo disfrutan sin saber el riesgo al que se exponen ellos, sus padres o tutores, o cuidadores.
¡No se descuide! Es bueno aclarar que los cuidados de un niño demandan prácticamente de un horario 24/7.
La Ley 136-03, de Niños, Niñas y Adolescentes establece la negligencia como parte de maltrato infantil, es decir que cualquier riesgo a que se exponga un pequeño por esta razón podría ser objeto de investigación, aunque ese descuido sea de parte de los progenitores del niño en peligro.