Partiendo de la premisa de que el Ministerio de la Mujer no puede darse el lujo de solo ser un ente rector ante los casos de violencia de género, tienen a disposición de las mujeres abusadas las Casas de Acogida, para atender sus situaciones con la discreción que ameritan, y la Línea de Auxilio 1-200-7212, para asistencia inmediata.
Las Casas de Acogida son manejadas en fase secreta por la institución con un personal únicamente dispuesto para trabajar los casos que allí poseen.
En la actualidad existen tres: una en el Este, una en el Cibao y una tercera en la zona Metropolitana. Está en proyecto la construcción de una para el Sur el próximo año, con fondos del Poder Ejecutivo.
La ministra de la Mujer, Janet Camilo, dijo que las Casas de Acogida cuentan con un administrador, psicólogos, trabajadores sociales, abogados, cocinera, mozos, capacitadores, choferes y secretarias y en ella se reciben las mujeres abusadas que quieran, junto a sus hijos. Tienen capacidad para recibir hasta 20 personas, y una puede recibir hasta 40, pero nunca han estado a capacidad.
Allí las mujeres entran cuando quieren entrar y se marchan igual. Solo se les pide firmar un documento de salida, cuando estas deciden abandonar el centro de cuidado a pesar de que persiste la inseguridad para ella y sus hijos.
Sonia Díaz, viceministra de Políticas de Igualdad, explicó que la Casa de Acogida se encarga de gestionar que la mujer bajo su cuidado no pierda su empleo y que a sus hijos no les afecte el año escolar. Dijo que en lo que llevan brindando servicio esos centros han recibido cinco mil mujeres y tres mil niños.
Línea de Auxilio. Se trata de una red articulada con capacidad para atender los casos de violencia contra la mujer con personal capacitado y entrenado para intervenir en ese tipo de crisis. Se hace asistir del Ministerio Público y/o la Policía Nacional en los casos que lo ameritan. En dos años que tiene han atendido cinco mil llamadas de violencia de las que han rescatado a 465 mujeres. Ambos servicios tienen la particularidad de que no obligan a la mujer a judicializar los casos, porque el interés primordial es preservarles la vida.