En Santiago de los Treinta Caballeros, algunas de sus residencias con más de un nivel situadas en las principales calles del centro histórico de la ciudad tienen un singular frente que no tiene igual.

Así al llegar a la calle 16 de Agosto número 86 encontramos una de esas viviendas de dos niveles, donde el primero tiene una puerta cuyo marco  bordea una reja que sirve de ventilador y en cada lateral aparecen tres ventanas con persianas.

Se sube  al segundo nivel por medio a una escalinata con peldaños de metal que está por fuera, la cual allá arriba presenta un balcón sin techo, y allí es donde está su curiosidad estructural: el segundo nivel tiene delante otro cuerpo más pequeño y bajito que unido a éste sobresale de la pared izquierda. Este solamente presenta una doble ventana unida con rejas, pero más arriba se aprecia un ventilador cuadrado con su persiana, y un techo de dos aguas.

Detrás, el cuerpo de esta unión con el frente más alto sólo tiene una puerta con persianas laterales y arriba otro ventilador igual al anterior; le sigue la pared del fondo más larga, con  un par de ventanas y lateralmente otro cuerpo corto  sobresaliente que tiene una ventana.    Y en la misma vía, pero  número 114, hay otra residencia,  esta vez de  tres niveles,  levantada en un terreno con metro y medio de alto.

Una escalinata con siete peldaños de mármol conduce  a la entrada del primer nivel, el cual unido al del segundo nivel es donde está su curiosidad, que consiste en tener esos dos cuerpos unidos al tercero, pero que  sobresalen dos metros hacia delante y ambos tienen una galería. El primero  presenta cuatro columnas dóricas al frente con un cuerpo redondo  estriado, y la loggia sin balcón del segundo tiene seis columnas, pero  esta vez góticas. Como remate los cubre un corto techo de dos aguas.  

Detrás está el cuerpo que los une al tercero, el cual presenta seis ventanas rectangulares con persianas, y en sus lados un corto cuerpo sobresaliendo hacia delante. Adosado a la pared su vértice esquinero, éste presenta un grupo de bloques ahuecados de distintos tamaños, seguidos por dos ventanas, una debajo de la otra con arcos de medio punto. Su pared más larga llega hasta el fondo, pero antes su frente presenta el ventilador más ancho y alto existente en toda la urbe santiaguesa, el cual unido hasta la altura del segundo nivel tiene una hilera de triples calados horizontales.