La cáscara del café está teniendo una gran demanda en el mercado internacional, que ha llevado a que su precio esté superando al del propio grano.
Esto quiere decir que de haber sido un desperdicio en el pasado, ya que durante décadas era considerada como una especie de basura, la situación ha cambiado de forma drástica en poco tiempo.
Según un reporte de Bloomberg, la cáscara de café está viviendo un boom y se está añadiendo a decenas de bebidas, incluso Starbucks está introduciendo diferentes derivados del café realizados a partir de la piel del grano de café. Ahora, la cáscara cuesta un 480% más que el propio grano de café. El precio es de poco más de 14 dólares por kilo, mientras que el del grano de café vale 2,5 dólares el kilo.
Desde la firma Cafés Candelas aseguran en su blog que la cáscara tiene cafeína y que es rica en antioxidantes. Se pueden hacer varias infusiones con un sabor interesante.
En forma de infusión en una proporción de (12g de cáscara por 300ml de agua) dejando reposar 4 minutos.
Con una prensa francesa. En este caso se añade un poco más de cáscara (aproximadamente 30g) a los 300ml de agua. Se deja reposar también 4 minutos y se presiona firmemente. Normalmente la infusión de cáscara de café tiene notas de vainilla, cereza y madera. Al subir la proporción de cáscara sobre agua, el sabor recuerda más a la fresa, la mora o incluso al cacao.
No obstante, se pueden realizar varias combinaciones como añadir canela, cacao o jengibre, que pueden dar un toque diferenciador a la infusión.
Desde Cafés Candelas destacan que gracias a esta nueva tendencia, cada vez son más los productores que no desechan la cáscara de sus cosechas. Antes, gran parte de la cáscara acababa en los cauces de los ríos, contaminando el entorno. De esta forma, los agricultores han encontrado la manera de que sus cultivos sean más eficientes y respetuosos con el medioambiente. Además, la exportación de cáscara se está convirtiendo en una nueva fuente de ingresos.
De la cáscara se produce la harina de café. Se trata de una alternativa que según algunos es libre de gluten y tendría cinco veces más fibra que la de harina integral de trigo, así como tres veces más hierro que la espinaca fresca.
Si la harina de café llegara a popularizarse, daría una nueva fuente de ingresos a los cafetaleros, quienes podrían vender los frutos de café secos a los productores de harina.