Cáscara del mismo palo

Cáscara del mismo palo

Aquel sábado, Leonel llegó a la librería La Trinitaria. Sólo estábamos Virtudes Uribe y yo. Le comenté que el Partido de la Liberación Dominicana necesitaba avanzar y para ello era preciso echar a Juan Bosch a un lado.

Le dije que había tocado el tema con algunos amigos del PLD, Euclides, Norge, si no recuerdo mal. Comenté cualquiera de ellos y él, Leonel, tenían méritos partidarios para aspirar a la Presidencia de la República.

Leonel fue elegido Presidente respaldado por  Juan Bosch y Joaquín Balaguer, quienes demostraron que en política sólo hay adversarios circunstanciales pues se pusieron a una y levantaron sus brazos agarrados de las manos para demostrar la fuerza de su compromiso.

Una tarde me llaman de la Presidencia para informarme que el Presidente me invita a su Despacho. Miguel Guerrero había renunciado la Dirección de Prensa del gobierno y un buen amigo me advirtió que la llamada de Leonel era para ofrecerme el puesto.

Entro al despacho presidencial y luego del cordial saludo, el Presidente me indica un asiento y comienza a filosofar sobre la soledad del poder.

No es sólo lo abrumador de la tarea de gobernar sino que, en un país como el nuestro, el Presidente tiene que ver con asuntos que no debían llegar a sus manos, me comentaba.

Son el tipo de asuntos que deben decidir los funcionarios responsables, pero…

La conversación se deslizaba como las sombras confunden la luz de la tarde.

De pronto me dice que al gobernar no se le puede tener confianza a nadie porque todo el que se acerca al mandatario lo hace con el propósito de resolver un problema personal. Nadie piensa en el país, comentó.

En ese momento aproveché para comentar: cierto, la gente va al gobierno a buscar una casa y yo tengo dos, a buscar carro y yo tengo dos, por eso te digo que estoy dispuesto a contribuir con el país en cualquier posición no remunerada, le comento. Por supuesto, le maté el gallo en la funda, no me pudo ofrecer nada.

La corrupción se puede determinar buscando qué tenía cada persona cuando entró el gobierno, qué adquirió y cómo lo obtuvo.

Si Leonel hubiera sido serio, habría actuado para evitar que sus compañeros y amigos se convirtieran en ladrones y esa actitud la compartió Danilo Medina desde siempre.

¿Acaso este es el único Presidente dominicano que no sabe lo que ocurre en el país?

¿Acaso Danilo puede demostrar de qué vive? ¿Ignora el candidato peledeísta lo que ocurre en su entorno? ¡Señores! ya está bueno de falsedades: Danilo y Leonel son cáscara del mismo palo corrompido.

No nos van a confundir. Votemos por Hipólito en la casilla uno y salgamos de esta gente.

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