JERUSALÉN.  AFP.  El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha vuelto a verse implicado en un escándalo de corrupción que, más que nunca, pone en peligro su continuidad al frente de una coalición gubernamental debilitada y reducida por nuevas defecciones.

 La prensa  considera que el nuevo caso sobre Olmert -que tiene ya en su haber tres investigaciones policiales- llega en un momento especialmente desafortunado, cuando Israel se prepara para celebrar sus 60 años de existencia e intenta progresar en el diálogo con los palestinos.  Es más, podría ser incluso el escándalo «de más» que obligaría al debilitado primer ministro a dimitir.  «Es posible que sea el fin» para Ehud Olmert, tituló ayer el diario  Maariv.

 El periódico de gran tirada Yediot Aharonot señaló que la acumulación de investigaciones «dejaron al primer ministro sin la autoridad moral y el respeto que deberían ir asociados a su función».

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Olmert dice es víctima campaña malintencionada

El primer ministro denunció públicamente ayer ser víctima de una campaña «malintencionada».  Al comenzar su consejo de ministros semanal,  aseguró haber «cooperado con los investigadores y respondido a todas sus preguntas».  También lamentó que el silencio impuesto por la justicia sobre la investigación haya favorecido los «rumores».