Caso del embajador U. S. A.

Caso del embajador U. S. A.

Empezando porque ciertamente no atino a calificar de embajador o embajadora a James Walter Brewster porque es esposa de un hombre, pero llamésmole como él dice, embajador de Estados Unidos en RD, el que más comentarios adversos ha confrontado que tenga memoria.
No recuerdo un representante del presidente de Estados Unidos en nuestro país que anduviese por doquier con su esposa, y el estilo es como para restregar e imponer el caso insólito.
La Biblia, la palabra de Jehová, en Levítico 18:22 dice; “No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable”, y en 20:13, dice: “Y cuando un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos”.
El embajador del presidente Barack Obama en nuestro país, a quien los dominicanos no perdonaremos esa ofensa gratuita e inmerecida jamás, se presentó reciente en una escuela presentando a los párvulos a su acompañante, varón, como su esposo.
Nunca debió hacerlo ni tampoco el director del plantel permitirlo, pero debió éste acotar a los alumnos en presencia del embajador, que la relación de hombre con hombre y mujer con mujer es contra natura, condenada por Jehová y censurada por la Carta Magna dominicana en su artículo 55, letra 3, dice:
“El Estado promoverá y protegerá la organización de la familia sobre la base de la institución del matrimonio entre un hombre y una mujer”.
El país duda que el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán e Hipólito Mejía concedieran el placet a un embajador homosexual, prueba de que no andamos bien.

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