CIUDAD DEL VATICANO. La decisión del Vaticano de poner en arresto domiciliario y de juzgar al antiguo nuncio en la República Dominicana, Josef Wesolowski, podría poner fin a la época en que la iglesia protegía a los sacerdotes pederastas, afirmó el jueves un cardenal próximo al papa Francisco.
«Estamos ante un cambio de paradigma. Hubo un tiempo en que los sacerdotes estaban protegidos. Ahora, se miran las cosas del lado de las víctimas», subrayó al diario Corriere della Sera el cardenal y teólogo alemán Walter Kasper.
Por primera vez, el Vaticano se dispone a juzgar penalmente a un exprelado, el polaco Josef Wesolowski, por abusos sexuales contra menores y posesión de pornografía infantil.
«La línea del papa es clara, no podemos detenernos ahora, más aún cuando se trata de un obispo (…) Hay que ser claros», estimó el cardenal Kasper.
Según el cardenal Valesio de Paolis, a quien el pontífice encargó recientemente renovar la congregación conservadora de los Legionarios de Cristo tras un escándalo de pederastia, «hasta entonces la iglesia no juzgaba el delito de pederastia desde el punto de vista sexual, sino desde el punto de vista disciplinario».
«La detención del arzobispo Wesolowski es una importante decisión política y sin ambigüedad por parte de Francisco», dijo al rotativo La Stampa.
El ex portavoz del papa Juan Pablo II, Joaquín Navarro-Valls, aseguró por su parte en la Repubblica que la decisión del papa Francisco era «la consecuencia lógica y coherente de una posición puesta en marcha plenamente y compartida completamente por sus predecesores».
Los hechos juzgados se remontan a entre 1960 y 1980, pero se desconoce su amplitud. Algunas estimaciones hablan de decenas de miles de víctimas.
El Vaticano anunció en mayo que los tribunales eclesiásticos sancionaron a al menos 3.420 sacerdotes y religiosos en los últimos 10 años.