Castaños afirma endurecimiento castigos no baja la criminalidad

Castaños afirma endurecimiento castigos no baja la criminalidad

POR GERMAN MARTE
Está demostrado científicamente que el endurecimiento del castigo, incluida la implementación de la cadena perpetua, no contribuye a resolver la criminalidad, más bien hacen falta políticas de prevención y que los actores del sistema de justicia trabajen en equipo y eficientemente, afirmó ayer el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus).

Servio Tulio Castaños Guzmán señaló que la cadena perpetua no ha servido como instrumento efectivo para resolver el problema de la criminalidad en los países donde se ha implementado.

El vocero de Finjus hizo los señalamientos al ser consultado acerca de la propuesta del arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado, Ramón Benito de la Rosa, de que se implemente la cadena perpetua para los que cometen crímenes horrendos como el de la estudiante santiaguera Vanessa Ramírez Faña, quien fue asesinada para robarle un teléfono celular.

“Hay quienes sostienen la tesis de que la gravedad de la pena va a contribuir a que el nivel de delincuencia disminuya, y la verdad es que está demostrado -desde el punto de vista científico- que eso no ha contribuido absolutamente en nada”, advirtió Castaños Guzmán.

En cambio –dijo- lo que sí contribuye a combatir la criminalidad es implementar políticas de prevención que vayan dirigidas a aminorar la criminalidad.

“Cuando tú ves que la sociedad comienza a hacer ese tipo de propuesta, creyendo que eso va a solucionar el problema, lo que está es haciendo propuestas sobre la base de las consecuencias del problema y no de las causas que lo están generando”, indicó.

Consideró que lo primero que se debe hacer es transparentar y crear una relación entre la institución encargada de mantener el orden y la seguridad ciudadana (Policía Nacional) y la sociedad. Y en este sentido acotó que la PN se separó de la ciudadanía, y lo que se impone es que ella, junto con su sociedad, contribuya a disminuir la criminalidad.

“Por eso es que desde la FINJUS hemos insistido en que se siga el proceso de depuración y con inversiones concretas al interno de esa institución”, manifestó Castaños Guzmán.

Agregó que el índice de criminalidad también aumenta cuando el Estado pierde su autoridad, cuando la sociedad refleja niveles altos de impunidad. La criminalidad –según la óptica del jurista- es una reacción de la sociedad ante un Estado en donde no hay un sistema efectivo de consecuencias.

Empero, reiteró que la criminalidad no se combate únicamente desde el Estado, sino que hay que tomar en cuenta a toda la sociedad, y en la medida que esto no ocurre, la lucha es igualmente inefectiva.

Por eso es importante que la PN siga recobrando su confianza ante la sociedad, porque en la medida que eso se logre, juntas van a luchar a través de una serie de políticas preventivas, acotó. Asimismo, valoró como positivo la creación de la Policía Comunitaria, y consideró que esta es un buen canal entre el ciudadano y la PN.

ARMONIA NECESARIA

Para el vocero de la Finjus es imprescindible que haya sintonía entre la PN, el Ministerio Público y los jueces como partes del sistema de justicia.

Señaló que el sistema de justicia le da respuesta a la corrupción, al narcotráfico y a la seguridad ciudadana.

Y cuando el sistema no actúa como tal, y los distintos actores no funcionan armónicamente, se produce un incremento en la criminalidad, “por eso es que tú ves que muchas veces hay una distorsión, falta de comunicación entre la PN y el Ministerio Público”.

Muchas veces, agregó, estos órganos son deficientes, porque no hay una coordinación efectiva entre las dos principales instituciones responsables de trazar la política criminal del Estado.

Es esta deficiencia lo que permite que delincuentes salgan fácilmente de las cárceles, porque al estar mal instrumentados los expedientes, los jueces no tienen forma de dictar sentencias drásticas.

“Muchas veces lo que el Ministerio Público les presenta a los jueces como prueba resulta ser deficiente y como consecuencia, los jueces que deben fallar sobre la base de las pruebas que se le someten, como se les someten de manera débil, tienen entonces que –rompiendo con el sistema- fallar sobre la base de su íntima convicción, volviendo al pasado y debilitando los principios del nuevo modelo”, subrayó el jurista.

Dijo que hasta ahora nadie ha cumplido 20 años en la cárcel, porque el sistema de justicia ha mostrado debilidad en cuanto a la ejecución de la pena, no ha habido seguimiento a los casos, y eso refleja la debilidad del sistema.

Recalcó que en la medida que los actores de justicia sigan actuando de manera individual y no como sistema no habrá lucha efectiva contra el crimen.

Manifestó que aunque ha sido positivo el Plan de Seguridad Democrática es urgente la creación de una Comisión Nacional de Emergencia para combatir la criminalidad, donde concurran todos los sectores del sistema de justicia, Interior y Policía y la sociedad.

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