El director del Departamento de Ciencias Jurídicas de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Julio Miguel Castaños Guzmán, considera que los jueces, fiscales y abogados que prevaleciéndose de sus funciones y del poder que les da su profesión incurran en delitos, deben ser sancionados con el sometimiento a los tribunales y la cancelación de por vida de la licencia, para que no puedan volver al ejercicio del derecho.

“Deben ser no solo enviados a prisión; se les debe cancelar la licencia del ejercicio de la profesión, para que después de que terminen de pagar sus penas tengan que dedicarse a otra cosa que no sea esto, porque este país merece una purga, una limpieza de todos estos profesionales que lo que están es dañando el ejercicio de todos los que trabajamos de manera honesta y dedicada”, apunta.

Declara que en la justicia dominicana lo que resalta es el problema de la corrupción, porque “nos hemos tropezado con narcos de este tipo, donde hay autoridades judiciales involucradas. También hay que ver a otros actores del sistema judicial, que también, de seguro, están metidos en ese tipo de actividad”.

Afirma que la justicia dominicana es un reflejo de la sociedad y estos acontecimientos que han estado ocurriendo en los últimos tiempos «es un verdadero reflejo de lo que está pasando en toda la sociedad».

Ve muchas variables involucradas en los problemas y los escándalos de corrupción que se han presenciado, y entre estos cita el rol de los profesionales del derecho, no solo de los jueces, sino también de los abogados, Ministerio Público y de las autoridades policiales.

El catedrático y abogado declaró que cada quien tiene su cuota de responsabilidad en la crisis de la justicia. “Ya no es un asunto solo de los jueces. Hay que profundizar en la evaluación del comportamiento de los abogados, «porque donde hay un corrupto, hay un corruptor».

Mala formación académica. Castaños Guzmán puntualiza que el deterioro de la profesión viene desde largo tiempo, debido a la propia proliferación de universidades, que alegremente ofrecen la carrera de derecho sin tener las herramientas, el personal humano necesario para dar instrucciones profesionales a los jóvenes, de manera competente y ética.

Entiende que muchos ingredientes se suman a que la sociedad tenga un deterioro en muchos órdenes, no solo jurídico y judicial, sino en el político, y en esta última parte identifica que hay una serie de personas que ocupan cargos públicos, donde van solo a lucrarse y a hacer todo tipo de influencias. “Así veo yo la justicia dominicana”.

El jurista expresa que dentro de la responsabilidad de su escuela velan no solo por el aspecto personal del estudiante de derecho, igualmente se preocupan porque cumpla con el comportamiento ético, lo que, señala, se debe a que enseñan el derecho con seriedad y dedicación.

Con vigilancia de quienes desarrollan los procesos educativos lo hagan con seriedad y dignidad, respeto a las normas, y con una verdadera profundidad del conocimiento. Enfatiza la necesidad de desarrollar vocación ética en el aspirante a la abogacía, para que ejerza la profesión en la misma línea.

Dilemas de la justicia. Castaños Guzmán expresa que el narcotráfico es uno de los crímenes que afectan, como también los delitos económicos y delitos de cuello blanco; aunque los medios de comunicación no necesariamente lo descubren, para ponerlos al conocimiento de todo, dentro de todas las cosas que se mueven por debajo, en términos judiciales.

Empero, el académico reconoce que en la judicatura hay muchos jueces serios, y en su caso, no ha tenido ningún tipo de problemas en alcanzar una justicia seria y honesta.

Asegura que la mayoría de los jueces merecen el respeto de la ciudadanía. “Pero hay un grupo enquistado ahí, que no es lo mismo, que responde a otros intereses. Siempre hay manzanas podridas, pero eso no significa que todos sean iguales”.