Castigo y venganza

Castigo y venganza

El pueblo dominicano, consultado en la 39 ocasión luego del ajusticiamiento del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo el 30 de mayo de 1961, votó masiva y disciplinadamente este 16 de mayo otorgando al candidato del PLD, doctor Leonel Fernández, una apabullante mayoría por sobre el 55% contra su más cercano contendor, el presidente Hipólito Mejía, que intentaba reelegirse, con un 39%.

Fue el voto de castigo y venganza por el deterioro de la economía y de la calidad de vida de los dominicanos que este gobierno ha sumido en la pobreza, la desesperación y la indefensión.

El voto de castigo y venganza porque el costo de la vida se ha triplicado mientras los ingresos han decrecido de manera alarmante hasta tanto, que la canasta familiar ha trepado varias veces más que como la dejó el presidente Fernández en agosto 2000, cuando entregó el poder ordenadamente a su sucesor.

Es lo que graficó el doctor Fernández en su discurso de cierre de campaña el 13 de mayo, y que solo hizo un recordatorio del viacrucis económico que padece la ciudadanía en aspecto generalizado, en que sus esmirriados ingresos no alcanzan ni por asomos el costo insoportable de la vida, con el dolar al 50×1 cuando el doctor Fernández lo dejó al 16.42 x 1 manejando petróleo a US$30.25 barril en agosto 00/.

Es el voto de castigo y venganza porque el pueblo dominicano no accesa a los medicamentos para controlar sus recurrentes malestares que alteran su salud, situados a niveles imposibles.

Es el voto de castigo por una política absurda que prefirió el endeudamiento externo más escandaloso y bochornoso de la historia de 160 años de vida republicana y diferir además la construcción de infraestructuras autogeneradoras, para dar cabida a centenares de miles de «compañeritos de las bases», con varios sueldos por cápita, hipertrofiando peligrosamente la nómina pública, no obstante las recomendaciones en contrario tanto del FMI como el CONEP, Asociación de Industrias, partidos políticos opositores, medios de comunicación, el Príncipe de la Iglesia Católica Dominicana, cardenal López Rodríguez.

Es el voto de castigo y venganza por los sectores productivos agropecuarios que no resisten producir a niveles adecuados para el alcance de la población pagando insumos carísimos, voracidad fiscal (aduanas, ITBI, selectivo al consumo, 1.5% adelantado de las ventas, no de los beneficios), que han hecho colapsar al sector productivo-industrial nacional.

A los granjeros de Moca, obligados a vender la libra de pollo a $0.40, cuando con ese valor se compraba un pollo en el período 1996-00.

A los productores de ajo de Constanza, quebrados por semillas de mala calidad importadas adrede para justificar importaciones y beneficiar a un par de logreros que siempre merodean por la colina de la calle Moisés García.

Voto de castigo y venganza de los dueños de colmados por obligarlos a pagar doble factura eléctrica, la de sus plantas y la abusiva de la CDEEE, aventada sin justificación, idéntico a los usuarios domésticos, industriales.

Voto de castigo y venganza por el alza criminal, injustificada, y que tendrá el próximo gobierno que identificar la felonía, de los carburantes, cada semana, cuando nos regimos por el Acuerdo de San José que nos coloca el barril de petróleo a US$34, estable y todo lo demás es especulación grosera y burda.

Voto de castigo y venganza contra la prepotencia, la vulgaridad, la desconsideración, la chabacanería que sustituyó a la solemnidad de acudir por primera vez al Palacio Nacional y la conmemoración del acta de nacimiento de la República el 06-11-44 en manga mocha.

Voto de castigo y venganza que pronostiqué varias veces que sería del 57%.

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