LA HABANA (AP).- El presidente Fidel Castro y personalidades de varios países acusaron el jueves a Estados Unidos de proteger a una red de anticastristas, a los que vincularon con actos terroristas, y de dejarse extorsionar por ellos.

Cientos de activistas de 67 países y familiares de víctimas de ataques violentos participaron en un encuentro para intercambiar informaciones, en medio de una polémica entre Cuba, Venezuela y Estados Unidos por la situación del anticastrista y ex operativo de la CIA Luis Posada Carriles.

«Ese imperio (Estado Unidos) se deja chantajear por sus cómplices», dijo Castro.

Posada Carriles fue detenido en mayo por ingreso ilegal a La Florida donde pidió asilo, luego de dos meses de campaña de Cuba que exigía su extradición a Venezuela, país del cual se escapó de una cárcel.

Posada Carriles fue inculpado por la explosión de un avión civil cubano en 1976 y una serie de bombas en hoteles de esta capital en 1997.

Posada Carriles confesó su autoría de estos ataques, pero luego se retractó. Documentos antes secretos, ahora divulgados por el FBI y la CIA, lo relacionan con el atentado contra la aeronave y lo reconocieron como miembro de la inteligencia estadounidense.

De 77 años, nacido en Cuba, Posada Carriles se nacionalizó venezolano y colaboró con la policía secreta de ese estado, ahora también acusada de torturar a militantes izquierdistas.

«Este es el momento de los pueblos, estamos armando el rompecabezas», dijo Castro durante la sesión de apertura del «Encuentro Internacional contra el terrorismo, por la verdad y la justicia», que se desarrollará hasta el sábado.

El canciller cubano Felipe Pérez Roque dijo que estos grupos pueden actuar con impunidad debido a que sus nexos con la inteligencia de Estados Unidos les permite tener información comprometedora contra Washington.

Según el funcionario, los gobiernos estadounidenses violaron incluso sus propias leyes en una guerra encubierta contra Cuba a lo largo de 40 años y en ella usaron a exiliados como Orlando Bosch y Posada Carriles.

La argentina Stella Calloni, el colombiano Hernando Calvo Ospina, la venezolana Alicia Herrera y el isleño Manuel Hevia aportaron datos sobre el paso de Posada Carriles y Bosch entre otros exiliados cubanos por todo el continente.

Documentos divulgados por Washington muestran el «tolerante control» de las agencias estadounidenses y la «protección brindada por las diferencias administraciones de ese país», dijo Hevia.

«Miami es una cueva de terroristas internacionales, no hay que ir a buscarlos a Afganistán», comentó por su parte Herrera, quien logró una confesión de Bosch, mientras este estaba detenido junto a Posada Carriles en Venezuela.

Bosch y Posada Carriles también aparecen relacionados en el atentado que mató al ex canciller chileno Orlando Letelier y en la Operación Cóndor, un plan de coordinación de las dictaduras latinoamericanas en los 70 para intercambiar presos políticos y hacer desaparecer personas bajo el argumento de la lucha anticomunista.

Ampliamente difundido por los medios de prensa estadounidense, el caso de Posada Carriles es considerado un «dolor de cabeza» para el presidente George Bush, pues si lo ampara pondrá en entredicho su campaña antiterrorista; pero si no lo hace disgustará a poderosos aliados de La Florida.