LA HABANA (EFE).- El presidente cubano, Fidel Castro, afirmó ayer que si Estados Unidos llegara a invadir la isla, «moriré combatiendo» y acusó su homólogo estadounidense, George W. Bush, de haber planeado su asesinato.
Castro clausuró el III Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) con un discurso que se extendió por cinco horas y treinta y cinco minutos hasta avanzadas horas de esta madrugada.
Agregó que Cuba podría ser blanco de una lluvia de bombas nucleares pero afirmó que «no se rendirá jamás, convertiremos al país en un infierno para cualquier invasor. Jamás se rendirá este país, jamás depondrá las armas y tendrán que retirarse».
«No deseamos un conflicto y bajo ningún concepto el costo de vidas que significaría invadirlo», recalcó.
Señaló que «es posible que una nación sea ocupada, pero el problema viene después, (con) quien la administra».
«A nuestro país, -apuntó-, lo podrán desaparecer físicamente, pero nunca será conquistado», sostuvo.
El gobernante cubano también denunció que Bush «se comprometió con la extrema derecha de origen cubano radicada en Miami (Florida), en asesinarme, pero esta Revolución no depende de un individuo o de un grupo».
«Lo digo y lo acuso y reitero que explique (George W. Bush) al mundo cual es su posición respecto a las atribuciones de mandar a matar y emplear a mercenarios (…)», recalcó, al tiempo que preguntó qué quiere decir la administración de Washington cuando habla de acelerar la transición política en Cuba.
«El difunto -dijo refiriéndose a sí mismo- puede todavía hablar, puede todavía hacer planes. Tenemos un partido y una organización y que no se crean que estamos perdiendo el tiempo. Estamos trabajando en lo que hay que trabajar», señaló.
«Están perdiendo el tiempo -añadió-, aquí todo el mundo sabe lo que tiene que hacer si alguien muere, en mi caso, yo puedo morir de muerte natural, puedo morir de muerte organizada».
«No me importa la forma en que moriré, pero con seguridad que si nos invaden moriré combatiendo», afirmó.
Castro dedicó la mayor parte de su discurso a criticar la política de EEUU y en ese sentido también arremetió contra el ALCA, proyecto que impulsa Washington y que deberá entrar en vigor en enero de 2005.
«No habrá una alternativa, habrá muchas alternativas. Cada país tendrá su propia alternativa» contra esa iniciativa que calificó de «anexionista» y «expoliador», ante más de un millar de delegados de 32 países participantes en el foro contra el ALCA concluido en La Habana el jueves con la aprobación de un Plan de Acción.
Castro dijo que «lo importante es tener la brújula, el camino» y consideró que «la historia conocida hasta hoy por la humanidad es de explotación, saqueo y humillación de unos hombres por otros».
«Frente a esa realidad deben buscarse todas las formas y vías para educar a las masas, opinó, pues no puede esperarse que un hombre sin saber leer y escribir comprenda qué es el ALCA o adquiera conciencia sobre la necesidad de derrotarlo», manifestó.
El Plan de Acción aprobado por los participantes en este encuentro de La Habana, propone realizar movilizaciones continentales, jornadas de protesta y otros actos en la región para manifestarse contra el ALCA.
Contempla además un grupo de estrategias y propuestas de acción, entre ellas, la creación de movimientos, comités y plataformas nacionales y promover articulaciones subregionales que conecten diferentes movimientos sociales, parlamentarios, juristas y académicos para coordinar acciones contra el ALCA y los Tratados de Libre Comercio (TLC).
Ese documento también propone movilizaciones continentales, entre ellas, una protesta contra la guerra y la ocupación de Irak, para el próximo 20 de marzo y otra en ocasión de la convención republicana el próximo 29 de agosto en Nueva York.
La declaración final de la reunión rechaza «la creación del ALCA, en cualquiera de sus versiones» y hace un llamado a presionar a los gobiernos para que informen con transparencia lo que están negociando y para que salgan de las negociaciones.