Castro: recuperación no es batalla perdida

Castro: recuperación no es batalla perdida

La Habana (EFE).- El líder cubano, Fidel Castro, afirmó que su recuperación «está lejos de ser una batalla perdida» y que colabora como «paciente disciplinado» con los médicos, según un mensaje difundido ayer en La Habana por fuentes oficiales.

«Sobre mi recuperación siempre advertí que sería un proceso prolongado, pero está lejos de ser una batalla perdida. Colaboro como paciente disciplinado con el consagrado equipo de nuestros médicos que me atiende», indica Castro en un mensaje de felicitación al pueblo cubano por el 48 aniversario de la revolución.

El líder cubano, convaleciente desde que el pasado 31 de julio delegara sus cargos en su hermano Raúl y seis hombres de su confianza tras ser operado por una enfermedad que se mantiene como «secreto de Estado», señaló que ha estado al corriente de los temas más importantes.

«No he dejado de estar al tanto de los principales acontecimientos e informaciones. Intercambio con los compañeros más cercanos siempre que ha sido necesaria una cooperación en temas de vital importancia», señaló.

En el mensaje, fechado hoy, Castro reconoce «la serenidad y madurez con que ha actuado nuestro pueblo, y el trabajo de nuestro glorioso Partido, del Gobierno Revolucionario, de nuestras organizaciones de masas y juveniles» y de los miembros de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior y el Parlamento.

Indicó que 2006 ha sido un año «de grandes esfuerzos y resultados alentadores» en las diferentes obras sociales que lleva adelante el país así como en los programas de la «Revolución Energética», como se denomina al plan de renovación de la actual infraestructura de producción, distribución y consumo de energía.

Destacó que los cubanos fueron «dignos anfitriones de la Cumbre de los No Alineados», que se celebró en la capital cubana entre el 11 y el 16 de septiembre, y que continuó «nuestra tenaz resistencia frente al bloqueo (económico y comercial de EEUU) y las agresiones del imperio».

«Nada ha podido detener el camino que hemos emprendido», agregó, Castro en el mensaje en el que agradece a los cubanos «su cariño y apoyo».

El jefe de la revolución señaló que «la humanidad vive difíciles tiempos, con guerras y peligros que surgen por doquier, y un desenfrenado proceso consumista, típico del sistema imperialista globalizado», causa, dijo, del agotamiento de importantes recursos naturales y la contaminación.

«Eso, por sí solo, justifica nuestra heroica lucha», indicó, y añadió que «cada éxito que alcancemos requiere mayores esfuerzos para mantenerlos y desarrollarlos».

«Hace falta la máxima cooperación y disciplina social», afirmó el líder cubano.

«Es mi más ferviente deseo que el 2007 constituya una aurora de esperanza para todo nuestro pueblo. ¡Viva el 48 Aniversario de la Revolución!», concluye la misiva.

 

48 años de revolución

LA HABANA (AFP).- La revolución cubana celebra este domingo 48 años, en un aniversario marcado por la ausencia en el poder de su máximo líder Fidel Castro y bajo la presidencia provisional de Raúl, lo que enfrenta a los cubanos ante un 2007 clave para descifrar su futuro.

  Cada aniversario de la revolución es motivo de una gran fiesta que llega hasta el último rincón de la isla; pero esta vez la celebración, que prolonga el homenaje por los 80 años de Fidel, está marcada por la inquietud generada por la falta de una señal directa del gobernante que revele su estado de salud.

  Castro envió saludos por el Año Nuevo al presidente de China, Hu Jintao, tras conversar telefónicamente con el embajador de ese país en Cuba, Zhao Rongxian, la noche del 28 de diciembre, según un texto oficial publicado este sábado por el diario oficial Granma.

   Muchos esperan al menos un saludo de Fidel o alguna alusión a su salud en el mensaje tradicional de la medianoche del 31 de diciembre al 1 de enero, leído siempre por un locutor, por el Año Nuevo y el aniversario de la revolución.

   Sobre todo por el momento histórico que vive el país: Cuba fue sacudida la noche del 31 de julio con una proclama de Castro, leída en la televisión por su secretario, en la que entregó el poder a su hermano Raúl, tras someterse a compleja cirugía el 27 de ese mes por un sangrado intestinal.

   Desde entonces no aparece en público y sólo recibió visitantes en privado desde el sitio secreto donde convalece y ha enviado mensajes y aparecido en cinco videos, el último el 28 de octubre para desmentir rumores de una muerte.

   Su salida de escena inauguró una nueva etapa en la isla, pues jamás había cedido el poder desde que el 1 de enero de 1959 su ejército de «barbudos» puso fin a 25 meses de lucha en la Sierra Maestra, tras hacer huir al dictador Fulgencio Batista (1952-58).

   Sometida a una prueba histórica, la dirigencia cubana encara el reto de unir al Partido Comunista, a las Fuerzas Armadas y a una población de 11,2 millones, un 70% de los cuales nació bajo el gobierno de Fidel Castro.

   Los seis hombres que designó para apoyar el gobierno interino de su hermano trabajan para llenar cualquier sentimiento de vacío político, ante el poder unipersonal ejercido por él en medio siglo.

   Bajo un nuevo estilo de mando, el equipo, una mezcla de la «vieja guardia» de la revolución con una generación más joven, se divide las responsabilidades y la presencia en los actos públicos.

   «Fidel es insustituible, salvo que lo sustituyamos entre todos, cada uno en el lugar que le corresponde», dijo Raúl hace días, al aclarar que no pretende imitar el liderazgo de su hermano.

   El también ministro de Defensa, cinco años menor que Fidel, delineó un estilo abierto a las discrepancias y la autocrítica, favorable a la toma de decisiones en consenso y al ascenso de las nuevas generaciones.

   Para analistas, diplomáticos, opositores y algunos cubanos, Raúl, a quien además de hombre enérgico se atribuye una personalidad de pragmático, podría promover una apertura económica en la isla, cercana al modelo chino.

   Pero los funcionarios del gobierno insisten en que en Cuba no hay «transición» ni «sucesión», sino sólo continuidad.

   Dirigentes de la oposición interna divergen a la hora de interpretar la situación en la isla. Para algunos, como Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque y Elizardo Sánchez, «nada ha cambiado», pero otros moderados como Manuel Cuesta el momento debería ser aprovechado para un cambio hacia el diálogo y apertura económica.

   Aunque la vida en la isla sigue su curso normal, algunos cubanos expresan temores a que una eventual desaparición de Castro desate rencores, provoque éxodos masivos, la llegada de exiliados de Miami reclamando propiedades o hasta una agresión militar de Estados Unidos.

   Para Washington 2007 será el año de la ausencia definitiva de Castro, pero para los seguidores del mandatario el de la continuidad, con un posible retorno al poder, y -según la designación del año acordada por el Parlamento- el del 48 aniversario de la revolución.

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