Castro se fracturó una rodilla y quizá un brazo tras caída

Castro se fracturó una rodilla y quizá un brazo tras caída

SANTA CLARA (Cuba) (EFE).- El presidente cubano, Fidel Castro, sufrió ayer una caída al término de una acto multitudinario que le provocó la fractura de una rodilla y «probablemente» de un brazo, dijo el propio Castro.

   El presidente resbaló tras una escalera instalada frente al Mausoleo de Ernesto «Che» Guevara, en la ciudad de Santa Clara, unos 276 kilómetros al este de La Habana, al término de un acto multitudinario con estudiantes.

   «Para que nadie especule (…) tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo, tal vez, no es muy seguro… pero estoy entero», dijo Castro, de 78 años, sentado en una silla tras la caída, en medio de grandes aplausos de la multitud.

   Según testigos, Castro bajó la escalera de madera que daba paso a la tribuna tras pronunciar su discurso y apenas unos metros después resbaló al bajar un bordillo y cayó al suelo, donde inmediatamente fue socorrido por sus guardaespaldas y miembros del partido y del gobierno asistentes al acto.

   Con su ayuda, Castro se levantó y se sentó en una silla porque se negó a utilizar una camilla preparada para casos de urgencia, mientras la multitud aguardaba en silencio algún comentario sobre el estado del presidente.

   El propio Castro, sentado en la silla, pidió un micrófono y aclaró el incidente.

   «Pido perdón por haberme caído», dijo el líder cubano.

   «Me da pena únicamente el mal rato, el posible sufrimiento que les ocasione con esto. Ahora estaré muy interesado por ver las fotos de cómo me caí, la prensa internacional lo ha recogido y seguramente mañana estará en las primeras paginas de los periódicos», agregó.

   «No estoy triste», dijo Castro, que aseguró a los asistentes: «cuenten con que haré todo lo posible por recuperarme. Como ustedes ven, puedo hablar, aunque me enyesen, y puedo continuar mi trabajo».

   A continuación, pidió un coche porque, apuntó, «no quiero moverme de aquí en ambulancia».

   Antes de abandonar la Plaza del Mausoleo del «Che» en su Mercedes negro, pidió a los organizadores del acto que mantuvieran el programa cultural previsto y no suspendieran las actuaciones.

   «No suspendan el acto cultural, que han trabajado muchos artistas, y complázcame por favor, no quiero tristezas, quiero alegría y felicidad», dijo en medio de aplausos y ovaciones.

   En junio de 2001, Fidel Castro sufrió un desmayo durante su intervención en otro acto multitudinario.

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