Esta riqueza de sabores, texturas y aromas es lo que la firma chocolatera Lindt ha querido reproducir en su taller experimental para presentar sus nuevos productos
Una cata de chocolate deviene un proceso único en donde el visitante se sumerge en el rincón de los aromas, los sabores y las texturas en una sorprendente experiencia sensorial hasta degustar el producto final. Los maestros chocolateros hacen públicos sus secretos, para deleite de los amantes del cacao.
Una tableta de chocolate con tres capas de texturas perfectamente definidas- una de chocolate negro dura, otra de mouse de chocolate y otra de mermelada-, aderezada con sabores sugerentes como el chili con cereza, o el caramelo con higo han sido preparadas ante el catador por los maestros chocolateros, después de muchas horas de investigación.
VARITAS DE AROMAS DE CHOCOLATE
La primera experiencia surge cuando la experta en aromas Montse Salomó nos ofrece varitas de aromas con distintos tipos de chocolates. Del chocolate puro, al de flores, madera, chili, cerezas, higo, un delicado gusto a caramelo o vainilla. La pituitaria del visitante aprecia cada esencia con los ojos cerrados y, al cabo de un tiempo, como en los perfumes, los matices aparecen en toda su magnitud.
En la mesa de los sabores, el maestro chocolatero David Pallars exhibe sus tubos de ensayo. Un recipiente con mouse de chocolate, otro con mermelada de cerezas, un tercero con tabasco, un cuarto con toffe, otro con chili y, el último, con chocolate caliente. En un mini vasito alargado, el visitante prueba la mezcla de abajo arriba, con una cucharita, para que todos los sabores se mezclen. Toda una sensación a degustar a prueba de ojos cerrados.
LA TECNICA DE LA ESFERIFICACIÓN DE EL BULLI
El maestro de ceremonias de la mesa de texturas, David Inglada, de la firma Solé Graells, proveedor oficial de El Bulli, el mejor restaurante del mundo, utiliza la técnica de la esferificación y juega con el jugo extraído del haba del cacao para crear diferente texturas.
Con una jeringuilla con jugo de cacao, este experto pone 50 gotas en contacto con una mezcla de agua mineral y calcio y la mueve un rato hasta que el cacao se gelifica, para pasarla después por agua mineral. Se forman entonces bolitas transparentes bautizadas como caviar de cacao por su semejanza a las huevas del esturión, o esferas de cacao que estallan en la boca si el utensilio utilizado es esférico.
Esta riqueza de sabores, texturas y aromas es lo que la firma chocolatera Lindt ha querido reproducir en su taller experimental para presentar su nueva gama de productos, con un 70 por ciento de cacao y la combinación de chocolate negro y mouse para los más tradicionales, chocolate negro, caramelo e higo para los paladares más innovadores y chocolate con chili y cereza para los más rompedores.
EFE/Reportajes