El sociólogo Wilfredo Lozano consideró ayer que el terremoto que destruyó prácticamente a Haití y luego el brote de cólera, fueron  catástrofes  que  obligaron  tanto a ese país como a la República Dominicana a replantear sus relaciones bilaterales.

“Podemos encontrar en las calles a cualquier ciudadano que nos dirá, bajo ese contexto, que ambas naciones tienen muchas cosas que hacer juntas”, dijo Lozano.

Aseguró además que esa situación activó el papel de la sociedad civil en ambos lados de la frontera. “Hoy día la sociedad civil de ambos países  son actores más deliberantes y han dado mayores pasos para exponer su voz”, agregó.

Entiende que a partir de esos fenómenos naturales y el impacto que tuvo en la isla, el Estado dominicano se ha visto obligado a fortalecer las relaciones con Haití y de alguna manera hay cierta conciencia por parte del empresariado, especialmente los miembros del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) del tema de las relaciones dominico haitianas y el tema de los migrantes.

Aunque afirmó que ha habido cierta resistencia al cambio de las relaciones dominico-haitianas por parte de determinadas fuerzas políticas que mantienen algunos ideales nacionalistas.

Según dijo el fenómeno de las migraciones se  da más en los últimos años hacia las ciudades, esto por la facilidad que tienen los migrantes, especialmente los haitianos de acceder  a los principales espacios de la economía informal como lo es la construcción y las ventas callejeras.

Según manifestó hasta hace poco  las principales zonas de migrantes haitianos se localizaban en la región Este.

Al referirse a la no entrega de documentos por parte de la Junta Central Electoral a los migrantes y descendientes de estos dijo que se hace una mala interpretación de lo que establece la Constitución, ya que hay muchos hijos de haitianos que no tienen documentos, que nacieron cuando aun estaba vigente la antigua Constitución que otorgaba la nacionalidad a todo aquel que naciera en territorio dominicano.