Es una tarea ardua y difícil dirigir una institución como la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Para ello, se requiere de una sólida formación profesional, cierto nivel de liderazgo, actitud comprensiva, madurez, tacto, y  firmeza. Con la excepción de la presidencia de la República, ningún otro cargo público de este país demanda de quien lo ejerza el nivel de conocimientos, entrega y sacrificio que el de rector de la más antigua institución de educación superior del Nuevo Mundo.

EI presupuesto de gastos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo se formula, no en “ en base a 10 que tiene”, sino en lo establecido en el Capítulo X de la Ley 139-01 de Educación Superior, Ciencia y  Tecnología sobre el financiamiento de las instituciones de educación superior.

Los años de la década del 70 del pasado siglo XX fueron particularmente difíciles para la UASD. La actitud hostil frente a la Universidad estatal de parte del gobierno de los doce años provocaba que, a lo interno de esa institución, la disciplina y el orden descendieran a niveles alarmantemente bajos. Las exigencias de los grupos de presión eran tantas y  los recursos disponibles eran tan pocos que obligaban a los rectores de entonces a actuar con firmeza y temeridad en la toma de decisiones. La política de las autoridades de la UASD de los años 70 de incrementar la equidad y de brindar acceso a la educación superior a estudiantes provenientes de familias de escasos recursos no era com- partida por el presidente Balaguer, a pesar de que sea justo reconocer que en el haber del caudillo reformista quedan sus realizaciones en el campo de las obras públicas y  el incremento de la clase media.

A no poder la UASD disponer de un presupuesto que le permitiera sostener su política de “ puertas abiertas” el deterioro sobrevino, y en momentos pensamos que la Universidad Primada sucumbiría frente a los embates de un gobierno inconsecuente con las legítimas aspiraciones de una juventud deseosa de progreso. ¿Cómo logró la UASD sobrevivir en medio de tantas dificultades? Sobrevivió en base al sacrificio y entrega de sus catedráticos,  estudiantes y empleados.

Al efecto, dos ejemplos: La cátedra conferencia y los cursos de verano. Un rector de esa época concibió la idea de la cátedra conferencia, que consistía en reunir en espacios amplios, Aula Magna, salones de actos, paraninfos, etc., varias secciones de clase en una sola a cargo de un catedrático experimentado, de manera que él solo pudiera impartirles clases a 400 y 500 estudiantes a la vez.

Con miras a contribuir que los estudiantes cursaran sus carreras en el tiempo mínimo establecido, la Comisión Docente del Consejo Universitario de la UASD de los años 70 concibió la idea de que la UASD ofertara cursos intersemestrales. Los catedráticos a cargo de esos cursos no recibían ningún tipo de remuneración. Tras el advenimiento de la democracia, las relaciones Gobierno UASD mejoraron. Nada menos.

Desde hace algunos años, los gobiernos que se han sucedido han financiado en parte o en todo los cursos de verano de la Universidad estatal.

¿Quién en su sano juicio podría pensar que este año no habría de ser así? Aplaudimos la medida del gobierno del presidente Fernández de continuar financiando los cursos de verano o intersemestrales de la UASD.