El parque San Miguel y la iglesia del mismo nombre veneraron ayer al arcángel con una misa, seguida de una gran fiesta en su honor
La iglesia de San Miguel en la Ciudad Colonial fue ayer el escenario de una misa de la religión católica, oficiada por el padre Frankely Rodríguez en honor a San Miguel Arcángel, representante de la justicia divina.
Mientras que el cura predicaba a los fieles sobre el agradecimiento y les aconsejaba hacer sus peticiones con intenciones de hacer el bien, la celebración que se estaba llevando a cabo en las afueras de la parroquia era totalmente distinta: en un entorno caótico personas tomaban alcohol y fumaban tabaco al son de la música de palos.
El interior de la iglesia se encontraba desbordado de personas quienes ocupaban cada rincón dentro del templo, mientras que los que no lograron llegar a tiempo para asegurar un asiento escuchaban la prédica desde la puerta.
Como es típico de la celebración, fue compartido el versículo 12 del libro de Apocalipsis en el que se relata una gran batalla entre Miguel y sus ángeles contra el gran dragón.
En el altar, a los pies de la estatua de San Miguel los devotos depositaban sus ofrendas entre las que se encontraban numerosas flores y comida, a la vez que pedían de rodillas con la esperanza de que el santo cumpla sus peticiones.
En cuanto al ambiente exterior, las calles aledañas a la iglesia se encontraban cerradas y militarizadas para garantizar el orden durante la festividad, mientras que personas de todas las edades y provenientes de distintas partes del país se paseaban alegres y vestidos de verde y rojo como símbolo de devoción.
Asimismo, numerosos comerciantes se dieron cita en el lugar para vender diversos artículos como agua, velones, imágenes de San Miguel, pulseras y pañuelos de los colores que representan al arcángel, entre otros accesorios.
La atmósfera en el lugar era vibrante, marcada por un bullicio constante que se mezclaba con el olor a tabaco y la euforia de la gente que año tras año celebra con infinita devoción y euforia esta tradición.
Aunque cientos de personas se dan cita cada año a la celebración, muchos de los devotos desmienten que el caos, el alcohol y la posesión espiritual sean parte de la tradición original de la iglesia.
“En la Iglesia católica veneramos a San Miguel y la tradición es esa. Hay gente que viene que lo identifica con el tabaco, pero no, eso es falso. San Miguel no entra en ninguna parte dizque que están montados, esto es más espiritual… la gente se ha confundido en la tradición”, explicó Ana Morales, una de las fieles.