Miles de feligreses católicos recorrieron las calles en un via crucis con el que llamaron a la reflexión a la gente para que se acerque más a Dios, y rechace la rutina diaria de violencia, las drogas, la delincuencia, la corrupción y otros flagelos sociales que provocan daños a la familia.
Uno de los momentos más conmovedores fue la escenificación de la pasión y muerte de Cristo. Mujeres que lloraban, suplicaban y centuriones que simulaban golpear a un abatido y ensangrentado Jesús con una cruz a cuestas, que caía al suelo flagelado.
Durante la caminata, los fieles, muchos con velas encendidas, se arrodillaban, oraban, cantaban himnos, y hacían paradas para leer la Biblia, especialmente en el evangelio de San Lucas referente a Jesús, su martirio y su crucifixión.