Católicos y musulmanes

Católicos y musulmanes

VÍCTOR GULÍAS
Lejos de atizar el enfrentamiento entre credos, creencias y religiones, a propósito del disgusto creado entre los fieles musulmanes por una cita utilizada por el Papa, todos debemos rezar por la paz entre credos, por la concordia entre pueblos, razas y naciones y por la justicia y el amor universales.

El mundo vive tiempos difíciles y más de un analista ve la humanidad como sentada sobre un barril de pólvora, por la guerra contra el terrorismo, el fanatismo, las injusticias, el desarrollo desigual, las enfermedades, la falta de fe y el desamor, el poder del narcotráfico, las armas y el unilateralismo.

Católicos y musulmanes son creyentes en un solo Dios -monoteísmo- y por ello, estamos compelidos al diálogo, el amor, la fraternidad, el respeto mutuo, el diálogo y la paz. A nadie beneficia ni conviene, una guerra religiosa que no sería bien vista por el Supremo Creador.

Habitamos una casa común, el planeta tierra. Hemos sido creados por un mismo Dios. Los musulmanes y los cristianos somos, pues, hermanos y como tales debemos respetarnos y ayudarnos. Nada justifica que peleemos en la tierra por diferencias religiosas. Eso Dios no lo ve bien.

Los pueblos de creencias musulmanas, merecen, como todos los fieles, respeto. Dudo mucho que el Santo Padre haya hecho la cita de la discordia con intenciones agresivas u ofensivas. No obstante, los musulmanes deberían aceptar las formales disculpas del Vaticano y permitir que reine la paz entre confesiones religiosas distintas.

Lo que norma ambas religiones es el amor y la fe en un Dios único, vivo y verdadero. La doctrina contenida en la Biblia y en el Corán se basa en el amor al prójimo, la paz, la confraternidad y el respeto a los preceptos de sus enseñanzas.

Todos los seres humanos somos iguales y la creencia y la fe, llámese uno católico o musulmán, no debe ser abismo que nos separe sino camino que nos una en la fraternidad, la paz, el respeto, la solidaridad, la piedad, la comprensión, el amor y la serenidad.

Ambos mundos, el católico y el musulmán, deben marchar hacia la búsqueda de intereses comunes: la justicia social, la paz mundial, una mejor distribución de las riquezas materiales y la defensa de la fe sin guerras ni amenazas, pues no podemos olvidar que Dios y Mahoma son sinónimo de amor, de paz, de infinita piedad y de perdón.

De manera que abogamos por la superación del impase surgido por la cita histórica que hiciera el Papa y que ofendió a los musulmanes, que se subsane el diferendo y ambas creencias, católicos y musulmanes, trabajemos en paz y cooperación para construir un mundo mejor mientras llega el reino definitivo: el reino de Dios.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas