Causa básica de muerte

Causa básica de muerte

El 26 de agosto de 1893 José Martí escribió un artículo que tituló  A LA RAIZ, cuyo párrafo final decía: “A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces.

No se llame radical quien no vea  las cosas en su fondo. Ni hombre, quien no ayude a la seguridad y dicha de los demás hombres”. Con medio siglo de anticipación un judío alemán llamado Carlos Marx había sentenciado: “Ser radical, es tomar las cosas por la raíz. Ahora bien, para el hombre, la raíz es el hombre mismo”. Ninguno de estos dos grandes pensadores era médico, ni tampoco se imaginaron que tales expresiones servirían de base reglamentaria a la Organización Mundial de la Salud para la codificación de la mortalidad y de la morbilidad.

A este respecto transcribiré esa sección plasmada en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud: “Desde el punto de vista de la prevención de la muerte, es necesario romper la cadena de sucesos o realizar la curación en algún momento de la evolución de la enfermedad. El objetivo más efectivo de los programas de salud pública es prevenir la causa que da origen a todos los demás trastornos o afecciones que conducen a la muerte. Por esta razón, la causa básica de la defunción ha sido definida como “(a) la enfermedad o lesión que inició la cadena de acontecimientos patológicos que condujeron directamente a la muerte, o (b) las circunstancias del accidente o violencia que produjo la lesión fatal”.

Aterricemos esta jerga teórica en un ejemplo práctico de la realidad dominicana. Una jovencita acude a la consulta quejándose de cansancio y sensación de ahogo cuando se ejercita o sube escaleras. Nota además que se le hinchan los pies y le crece el abdomen. El médico familiar la refiere al cardiólogo, quien le encuentra un corazón aumentado de tamaño, acompañado de un soplo anormal.

El especialista establece una falla cardiaca a consecuencia de una estrechez de la válvula mitral. Los padres de la adolescente recuerdan que desde los cuatro años la menor sufría episodios frecuentes de amigdalitis y decía  que le dolían las coyunturas. El malestar de las articulaciones era interpretado como dolores del crecimiento. También notaron unas manchas tipo roncha en la piel. Los análisis de laboratorio mostraron alteraciones indicadoras de que la enferma había sufrido infecciones estreptocócicas a repetición. 

La hoy occisa repentinamente se tornó intranquila, manifestando palpitaciones y una aguda sensación de ahogo, pereciendo en la sala de emergencia. El médico actuante certificó un edema agudo de pulmón como causa inmediata del deceso. La autopsia confirmó el edema pulmonar, así como cardiomegalia, estenosis mitral, miocarditis, pericarditis, y hallazgos microscópicos característicos de fiebre reumática.

La causa básica de muerte es una valvulopatía reumática, seguida de una insuficiencia cardiaca, generadora de un edema pulmonar, que produjo una hipoxia cerebral irreversible. La inyección de penicilina a los 4 años evitaba que se instalara la fiebre reumática. Esta fue la enfermedad básica que “inició la cadena de acontecimientos patológicos que condujeron directamente a la muerte”. Ir a la raíz para romper la base de la pirámide mortal fue lo que aconsejaron Carlos Marx y José Martí allá por el siglo XIX.

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